Un confinamiento más cruel que el virus
En Sinaloa, el miedo no proviene de un virus, sino del dominio del crimen organizado. Las calles de Culiacán y otras localidades están desiertas no por una pandemia, sino por el terror.
En solo tres meses, Sinaloa ha registrado 503 ejecuciones, 618 desaparecidos y más de 2,000 vehículos robados, según el diario El Noroeste. ONGs locales sugieren que las cifras reales podrían duplicar las oficiales. Además, la actividad comercial ha caído drásticamente, con pérdidas estimadas en 18 mil millones de pesos.
Las escuelas, aunque técnicamente abiertas, están vacías. La Universidad está paralizada. Comercios cerrados, cámaras de vigilancia destruidas y vuelos comerciales cancelados son parte de una realidad que retrata el colapso total de un estado que ya no gobierna.
El Estado ausente: una gobernabilidad entregada al crimen
Sinaloa es un ejemplo desgarrador de un estado fallido. En su lugar, quienes mandan son los cárteles, mientras las instituciones formales obedecen o desaparecen.
La imagen de un helicóptero militar sobrevolando Culiacán con una bandera blanca no es un símbolo de paz, sino de claudicación. La escena del ex presidente López Obrador saludando a la madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán o liberando a su hijo durante el llamado “Culiacanazo” quedó grabada en la memoria colectiva como un gesto de sometimiento al poder criminal.
El gobierno local, atrapado en una red de complicidades, carece de capacidad para restaurar el estado de derecho.
Un plan para recuperar Sinaloa: medidas extraordinarias para tiempos extraordinarios
Reconstruir la gobernabilidad en Sinaloa no será sencillo ni indoloro, pero es imprescindible. A continuación, se plantean las acciones necesarias:
1. Estado de excepción inmediato
Con base en el artículo 29 constitucional, se debe decretar la suspensión de garantías en la región. Para los ciudadanos comunes, estas garantías ya están anuladas por el terror; formalizar la medida permitirá a las fuerzas del orden actuar con mayor eficacia.
2. Inteligencia nacional e internacional
Coordinar esfuerzos de inteligencia para identificar a los líderes de las organizaciones criminales, sus redes financieras y sus operativos locales. Esto debe incluir la cooperación con agencias extranjeras especializadas.
3. Procesar a funcionarios cómplices
El gobernador actual y sus antecesores, así como funcionarios de todos los niveles, deben rendir cuentas por su complicidad con el crimen organizado. La experiencia de la operación “Manos Limpias” en Italia puede servir como modelo para depurar las instituciones.
4. Extradición de líderes criminales
Las cabezas del crimen organizado en Sinaloa deben ser enviadas a los Estados Unidos, donde enfrentarán un sistema judicial menos permeable a la corrupción.
5. Reconstrucción social y económica
Una vez restablecida cierta normalidad, el gobierno debe implementar un programa integral de apoyo:
- Reconexión educativa: Incentivar el regreso a las aulas con apoyos económicos y psicológicos.
- Fomentar la economía local: Apoyar a las mipymes con incentivos fiscales y financiamiento.
- Inversión en infraestructura: Crear empleos a través de proyectos de obra pública.
Las consecuencias de la inacción
Si México continúa tratando esta situación como si fuera un tiempo normal, las consecuencias serán devastadoras. Sinaloa no solo arriesga quedar permanentemente bajo el control del crimen organizado, sino que su colapso podría extenderse a otros estados.
El momento de actuar es ahora
La crisis de Sinaloa no es solo un problema local, sino un desafío para el país entero. Recuperar el estado de derecho requiere voluntad política y acciones contundentes.
Los tiempos extraordinarios exigen medidas excepcionales. Solo con decisión y unidad será posible rescatar a Sinaloa del confinamiento del terror.
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