La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo destacó este lunes 29 de septiembre el nuevo acuerdo México-Estados Unidos para frenar el tráfico de armas hacia territorio nacional. Durante su conferencia matutina, calificó la iniciativa como “un acuerdo muy importante”, subrayando que Washington se comprometió, por primera vez, a intensificar operativos en su territorio.
El convenio, bautizado como Misión Cortafuegos, se presentó tras la primera reunión del Grupo de Implementación de Seguridad en McAllen, Texas, con representantes de seis dependencias de ambos países. El acuerdo amplía el uso de la plataforma eTrace y de tecnología de imágenes balísticas a nivel federal y estatal en los 32 estados de México.
Un problema que impacta la seguridad nacional
Cada año, alrededor de 200 mil armas de fuego ingresan ilegalmente desde Estados Unidos a México, principalmente utilizadas por grupos criminales. Sheinbaum señaló que aproximadamente el 75% de las armas incautadas provienen del país vecino, cifra reconocida por el Departamento de Justicia estadounidense.
El sistema eTrace, administrado por la ATF, permitirá rastrear el origen de cada arma, identificando tanto al fabricante como a las armerías responsables de su venta. La presidenta enfatizó: “Ahí donde se encuentran armas estadounidenses que entraron ilegalmente (…) se podrá hacer la trazabilidad de dónde vino, quién la vendió”.
Cooperación histórica entre México y Estados Unidos
El embajador estadounidense Ronald Johnson calificó la iniciativa como una cooperación histórica, marcando un antes y un después en la relación bilateral en seguridad. El objetivo es desbaratar el tráfico ilícito de armas, fortalecer la seguridad fronteriza y combatir el financiamiento ilícito.
La nueva plataforma permitirá también identificar cargamentos sospechosos de drogas, precursores químicos, combustibles ilícitos y armas, poniendo en el centro la corresponsabilidad entre ambos gobiernos.
Seguimiento y futuro de la Misión Cortafuegos
El Grupo de Implementación de Seguridad sesionará periódicamente para dar seguimiento a estas acciones. Con esta estrategia, México y Estados Unidos buscan abrir un nuevo capítulo en la cooperación bilateral, donde la seguridad y la responsabilidad compartida sean prioritarias.
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