En los últimos días, miles de mexicanos han recibido correos electrónicos que parecen provenir del SAT, bancos o instituciones públicas, pero que en realidad buscan cometer fraudes digitales. Este tipo de estafa se conoce como phishing, una de las modalidades más comunes de fraude en línea en México.
Los correos falsos imitan los mensajes legítimos usando logotipos oficiales, lenguaje formal y direcciones que aparentan ser auténticas. Su objetivo es obtener contraseñas, números de tarjetas bancarias o instalar malware en los dispositivos de los usuarios.
El SAT cuenta con un buscador oficial de correos falsos en su portal, donde cualquier contribuyente puede verificar la autenticidad del remitente. La institución recuerda que nunca solicita información bancaria, contraseñas ni envía enlaces acortados o archivos ejecutables por correo electrónico.
Señales de alerta y recomendaciones
Entre los signos más claros de un correo fraudulento destacan remitentes sospechosos que no terminan en el dominio oficial «@sat.gob.mx», errores de ortografía, logotipos borrosos y enlaces que imitan páginas reales. También es frecuente el uso de mensajes intimidatorios como «último aviso de embargo» o «pago urgente de impuestos».
Los expertos en ciberseguridad recomiendan no abrir archivos adjuntos ni dar clic en enlaces dudosos. Si recibes un correo sospechoso, lo adecuado es eliminarlo y verificar cualquier notificación directamente en el portal oficial del SAT o con la institución correspondiente.
En caso de haber compartido información por error, es fundamental cambiar contraseñas, notificar a tu banco y, si se comprometió información fiscal, contactar al SAT. También se aconseja presentar denuncia ante la Guardia Nacional, la policía cibernética local o la Condusef si se trata de fraude financiero.


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