Sarampión en Chiapas ha encendido las alertas sanitarias y llevado al gobierno estatal y a los ayuntamientos a reforzar de manera urgente las estrategias de vacunación en espacios públicos. Ante la detección de un brote activo, autoridades de salud confirmaron la ampliación de módulos de vacunación en edificios gubernamentales, plazas públicas y puntos de alta afluencia, con el objetivo de frenar la propagación del virus y proteger a la población más vulnerable.

La Secretaría de Salud de Chiapas informó que esta medida se implementa de manera coordinada con los municipios, priorizando zonas con mayor riesgo epidemiológico. Además de la vacuna contra el sarampión, en los módulos también se aplican biológicos contra influenza, covid-19, y en algunos puntos específicos, vacunas contra rubéola, parotiditis y neumococo, ampliando así la cobertura del esquema de vacunación universal.

Respuesta institucional y cifras históricas de vacunación

El secretario de Salud estatal, Omar Gómez Cruz, destacó que la reacción temprana de las instituciones permitió alcanzar una cifra histórica de vacunación. Tan solo el domingo pasado se aplicaron 16 mil 802 dosis en un solo día, un récord que refleja el despliegue operativo y la participación ciudadana.

De acuerdo con el funcionario, el brote se mantiene bajo control en la mayor parte del territorio estatal. “En 85 por ciento de Chiapas no se han registrado brotes de sarampión hasta ahora”, subrayó, al tiempo que reconoció que el riesgo persiste y que la vacunación es la principal herramienta para evitar una escalada de contagios.

Gómez Cruz recordó que, al inicio de la actual administración, el estado enfrentaba un rezago crítico, con apenas 40 por ciento de cobertura en vacunación universal. Actualmente, gracias a campañas intensivas y brigadas comunitarias, la cobertura se aproxima al 75 por ciento, con más de cinco millones de vacunas aplicadas en el último año.

Estrategia para evitar brotes explosivos de sarampión

Las autoridades sanitarias reconocen que el sarampión es una enfermedad altamente contagiosa y que, eventualmente, puede alcanzar a una parte importante de la población. Sin embargo, el enfoque actual no es eliminar por completo la circulación del virus de manera inmediata, sino evitar brotes explosivos que saturen hospitales y servicios médicos.

“El objetivo es que la propagación sea gradual, controlada y con la mayor cantidad posible de personas protegidas”, explicó Gómez Cruz. Esta estrategia busca ganar tiempo para seguir vacunando, especialmente en comunidades con acceso limitado a servicios de salud y en grupos con esquemas incompletos.

Llamado a reducir eventos masivos en zonas de riesgo

Por su parte, el director de Salud Pública Estatal, Orlando García Morales, informó que se ha exhortado a los municipios a reducir la realización de eventos masivos, sobre todo en regiones con mayor incidencia de casos, como los Altos de Chiapas y parte de la región Metropolitana.

El funcionario aclaró que no se trata de una prohibición generalizada, sino de una medida preventiva para disminuir la velocidad de transmisión. “No es viable cancelar todas las concentraciones, especialmente en estas fechas, pero sí podemos reducirlas al menos en un 50 por ciento para mitigar riesgos”, señaló.

García Morales enfatizó que estas acciones se complementan con una vigilancia epidemiológica permanente, que permite ajustar las medidas sanitarias conforme evoluciona el brote. A medida que disminuyan los contagios, las restricciones podrán flexibilizarse.

Responsabilidad ciudadana y prevención colectiva

Las autoridades insistieron en que el éxito de la estrategia depende en gran medida de la responsabilidad ciudadana. Acudir a los módulos de vacunación, revisar esquemas incompletos, evitar exposiciones innecesarias y atender recomendaciones sanitarias son acciones clave para proteger tanto a nivel individual como comunitario.

El brote de sarampión en Chiapas pone de relieve la importancia de mantener altas coberturas de vacunación de forma constante, incluso cuando una enfermedad parece erradicada. La experiencia reciente demuestra que los rezagos acumulados pueden convertirse rápidamente en un riesgo sanitario si no se corrigen a tiempo.

Mientras continúan las campañas intensivas, el llamado de las autoridades es claro: vacunarse salva vidas y previene crisis mayores. La contención del sarampión no solo depende de las instituciones, sino del compromiso colectivo para frenar su propagación.