La Rodada del Terror toma la CDMX en una noche caótica
En las primeras horas de la noche, las calles de la Ciudad de México se transformaron en un escenario de luces, motores y disfraces. Decenas de motociclistas participaron en la tradicional Rodada del Terror, una actividad que se repite cada año en vísperas de Halloween y Día de Muertos, y que esta vez volvió a llenar las principales avenidas de la capital.
Desde los primeros reportes, las autoridades detectaron conductas que violaban el reglamento de tránsito: tres personas viajando en una misma motocicleta, sin casco y en sentido contrario. Las imágenes de las caravanas recorriendo avenidas como Reforma e Insurgentes mostraban tanto entusiasmo como imprudencia, una mezcla que caracteriza cada edición de esta rodada masiva.
Caravanas sin casco recorren Reforma e Insurgentes
En el corazón de la ciudad, los motociclistas tomaron las avenidas principales. El recorrido abarcó desde el Eje 1 en la colonia Guerrero hasta Chapultepec, con una gran concentración en Reforma e Insurgentes. A la altura del Metrobús Durango, los testigos registraron el paso de largas filas de motocicletas que avanzaban sin las medidas mínimas de seguridad.
Muchos de los participantes llevaban disfraces alusivos a la temporada: calaveras, espectros, payasos y personajes del cine de terror. Sin embargo, más allá del ambiente festivo, la falta de casco y el exceso de pasajeros en una sola moto se convirtieron en un riesgo evidente.
Los puntos de reunión fueron múltiples: Fortaleza Plaza de la República, Valentín Gómez Farías en la alcaldía Venustiano Carranza, Fray Servando en la colonia Morelos y Vaqueritos, entre otros. Desde ahí partieron los grupos que luego se unieron en distintos tramos del recorrido.
La SSC despliega un operativo especial por las rodadas
Ante la magnitud del evento, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) implementó un operativo de vigilancia que comenzó este viernes y se extenderá hasta el 2 de noviembre. La estrategia incluye el despliegue de 350 elementos de tránsito, apoyados por nueve remolques de motocicletas, conocidos como “bestias”, con la finalidad de prevenir incidentes, alterar el orden o permitir faltas administrativas.
El dispositivo busca mantener el control ante las aglomeraciones y garantizar el cumplimiento del Reglamento de Tránsito, acompañando las caravanas durante sus recorridos. Aunque hasta el cierre de la jornada no se reportaron accidentes graves ni motocicletas remitidas, las autoridades permanecen alertas ante posibles concentraciones no autorizadas.
Un evento que divide opiniones
La Rodada del Terror ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente entre los jóvenes motociclistas que buscan celebrar de forma distinta la temporada de Halloween y Día de Muertos. Sin embargo, su crecimiento ha generado controversia: mientras algunos la consideran una expresión de libertad y comunidad, otros la ven como una fuente de caos vial y peligro.
Vecinos de zonas como la colonia Roma, la Condesa y Chapultepec expresaron su molestia por el ruido y las aglomeraciones. “No hay control, pasan sin casco, haciendo piruetas, y la policía solo los escolta”, comentó una residente de la zona. A pesar de las críticas, los participantes defienden la actividad como un espacio de convivencia y pasión por las motocicletas.
La ciudad entre la tradición y la adrenalina
Cada año, la Rodada del Terror se mezcla con el ambiente festivo del Día de Muertos, convirtiéndose en un punto de encuentro entre la cultura popular y la adrenalina. Para muchos motociclistas, es una forma de rendir homenaje a amigos que ya no están, a través del rugido del motor y la camaradería en el camino.
Aun así, la falta de organización formal y las constantes violaciones al reglamento de tránsito obligan a las autoridades a reforzar la supervisión. La SSC ha reiterado que las rodadas deben realizarse con respeto a las normas y sin poner en riesgo la integridad de los participantes ni de terceros.
Con el operativo activo hasta el 2 de noviembre, la ciudad se mantiene vigilante. Mientras unos celebran con disfraces y motores encendidos, otros piden mayor control y sanciones más severas para quienes ignoren las reglas. Lo cierto es que la Rodada del Terror se ha convertido en un fenómeno urbano que refleja tanto la energía como los desafíos de la vida nocturna capitalina.
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