En un esfuerzo sin precedentes por saldar la deuda histórica con quienes son el corazón de nuestra identidad, el Instituto para el Desarrollo del Pueblo Maya y las Comunidades Indígenas del Estado de Quintana Roo (INMAYA) ha realizado acciones firmes para que las comunidades mayas y, en especial las mujeres, dejen de estar en el olvido.
Donde antes hubo silencio, hoy existe un reconocimiento real a sus saberes y una protección total a sus derechos. Este año, nuestra prioridad fue dignificar la medicina tradicional y brindar defensa legal gratuita, demostrando con hechos el respeto profundo a la cultura viva que nos define.
Estas acciones forman parte del Nuevo Acuerdo por el Bienestar y Desarrollo de Quintana Roo, impulsado por la Gobernadora Mara Lezama Espinosa, quien nos ha pedido trabajar a ras de suelo para acabar con las desigualdades. Bajo el liderazgo del director general, Enrique Chuc, el INMAYA ha servido como el puente para que esta transformación llegue directamente a los hogares, caminando hombro a hombro con las dignatarias y parteras, quienes son las verdaderas protagonistas de este cambio.
El trabajo realizado, que incluye el censo y reconocimiento de 135 parteras tradicionales y la asesoría legal a 552 mujeres, responde a la urgencia de garantizar que nadie sea discriminado y que los pueblos indígenas tengan voz y voto en las decisiones públicas. Sabemos que durante años fueron marginados, por eso hoy retomamos el camino para impulsar su desarrollo económico y social, cumpliendo estrictamente con lo que marca la ley para proteger su dignidad.
En el marco de nuestra legislación estatal, la Ley de Derechos, Cultura y Organización Indígena, el INMAYA ha desplegado brigadas de investigación en todo el territorio para actualizar el padrón de medicina tradicional, recorriendo un total de 32 comunidades y ciudades en los municipios de Felipe Carrillo Puerto, Bacalar, José María Morelos, Othón P. Blanco, Benito Juárez, Solidaridad, Tulum y Cozumel.
Hemos ido casa por casa, incluso en localidades donde lamentablemente los saberes están en riesgo de desaparecer, para asegurar que quienes aún ejercen tengan el reconocimiento que merecen. Al empoderar a las mujeres con talleres sobre la Ley Olimpia y derechos agrarios en sus propias localidades, consolidamos un gobierno humanista que entiende que el futuro de Quintana Roo se construye respetando y enalteciendo nuestras raíces.
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