El 3 de diciembre de 2024, un operativo de fuerzas federales en Sinaloa destapó una de las operaciones más sofisticadas del crimen organizado en México. En el municipio de Ahome, dos individuos fueron detenidos y se incautó más de una tonelada de fentanilo, lo que representó el decomiso más grande de este opioide sintético en la historia del país. Sin embargo, este evento no solo revela la magnitud del narcotráfico en la región, sino que también expone a uno de los jugadores más importantes en el tráfico de fentanilo y otras drogas: Pedro Inzunza Coronel, conocido como ‘Pichón‘.
La conexión de ‘Pichón’ con los Beltrán Leyva
‘Pichón’, hijo de Pedro Inzunza Noriega, alias ‘Sagitario‘, es el líder de una célula de los Beltrán Leyva, una de las organizaciones criminales más poderosas en México. Esta célula tiene presencia en la región de Los Mochis, Sinaloa, y se dedica al tráfico de fentanilo que se destina principalmente a Estados Unidos y Canadá. A pesar de su vinculación directa con Fausto Isidro Meza Flores, conocido como ‘Chapo Isidro‘, y el hecho de que ambos operan bajo el mismo cartel, ‘Pichón’ no ha sido una prioridad para las autoridades estadounidenses, quienes buscan al ‘Chapo Isidro’ por su participación en el tráfico de varias sustancias ilícitas.
El papel de ‘Pichón’ en la célula de narcotráfico
A través de investigaciones de seguridad, se descubrió que ‘Pichón’ y su célula están directamente involucrados en la producción y tráfico de fentanilo en Sinaloa. Además, esta célula opera de manera paralela a la estructura del ‘Chapo Isidro’, reforzando la red de narcotráfico que conecta a México con el mercado estadounidense de drogas. ‘Pichón’ supervisa las operaciones ilícitas en la región, específicamente en la producción de fentanilo, un opioide sintético que ha cobrado fuerza en las últimas décadas debido a su alta potencia y demanda en el norte del continente.
Un decomiso de gran escala
El decomiso realizado en Ahome es de particular importancia no solo por la cantidad de fentanilo encontrado, sino también por las implicaciones que tiene para las redes de narcotráfico que operan en México. Durante la inspección de los dos inmuebles, las autoridades descubrieron más de 800 kilos de fentanilo en un domicilio y 300 más en otro, además de precursores químicos utilizados en la fabricación de este opioide. El valor total de la droga incautada supera los 8 mil millones de pesos.
Además, los detenidos Elier Jassiel “N” y Javier Alonso “N”, alias ‘Tito’, son parte esencial de la estructura de los Beltrán Leyva en la producción de fentanilo. Junto con un químico identificado como Adrián Cebrero Pereyra, alias ‘Gallero’, ellos supervisaban el ensamble de pastillas de fentanilo, un proceso clave para su distribución.
La recompensa por la captura de ‘Chapo Isidro’
Mientras ‘Pichón’ sigue operando bajo el radar de las autoridades estadounidenses, el ‘Chapo Isidro’ es considerado uno de los narcotraficantes más peligrosos y buscados por el gobierno de Estados Unidos. Se ofrece una recompensa de hasta 5 millones de dólares por su captura. Las autoridades mexicanas han logrado grandes avances en la desarticulación de sus operaciones, pero aún queda mucho por hacer, especialmente en lo que respecta al tráfico de fentanilo, que se ha convertido en una de las mayores amenazas de salud pública.
¿Qué hay de la familia inzunza?
La familia Inzunza tiene un largo historial en el crimen organizado. El padre de ‘Pichón’, Pedro Inzunza Noriega, alias ‘Sagitario’, fue sancionado en 2023 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. A pesar de las sanciones, ‘Pichón’ continúa operando en la sombra, gestionando una red de tráfico de fentanilo con ramificaciones internacionales.
Cómo detectar la influencia del crimen organizado en Sinaloa
El narcotráfico no solo afecta a las comunidades locales, sino que también impacta la seguridad a nivel nacional e internacional. La presencia de células como la de ‘Pichón’ en Los Mochis, Sinaloa, demuestra la penetración de estas organizaciones en diversas áreas, desde el tráfico de drogas hasta la corrupción de autoridades locales. Con más decomisos de fentanilo y cocaína ocurriendo de manera regular, la necesidad de estrategias más eficaces para desmantelar estas células se vuelve cada vez más urgente.
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