En el Estado de México, la Operación Enjambre, encabezada por Omar García Harfuch, movilizó a 1,500 elementos de seguridad en lo que parecía un golpe estratégico contra el crimen organizado y la corrupción.
El saldo: siete detenciones de servidores públicos de cinco municipios, entre ellos la alcaldesa de Amanalco, María Elena Martínez Robles, presunta autora intelectual del homicidio del síndico Miguel Ángel Lara. Sin embargo, las otras acusaciones son menos contundentes y abren la pregunta: ¿un operativo espectacular o efectivo?
Los detalles de la Operación Enjambre
Con apoyo de la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina y la policía estatal, el operativo buscaba cumplir 14 órdenes de aprehensión, logrando apenas el 50% de eficacia al detener a siete objetivos.
- Caso destacado: La alcaldesa Martínez Robles fue acusada de vínculos con La Familia Michoacana y de orquestar un homicidio.
- Otros casos: Funcionarios señalados por extorsión menor, como despojar a comerciantes de pequeñas cantidades o cobrar «mordidas» a automovilistas.
¿Fue necesaria una movilización masiva para capturar a funcionarios por delitos menores? Esta es la crítica principal hacia un operativo que prometía ser un parteaguas en la lucha contra la corrupción, pero que terminó luciendo fofo en sus resultados.
Extorsión: un problema sistemático en el Edomex
El Estado de México lidera las estadísticas de denuncias por extorsión, un problema que, según un reportaje de Danielle Dithurbide, se gestiona desde las mismas instituciones.
Empresarios en municipios como Ecatepec, Tlalnepantla y Valle de Chalco denuncian prácticas graves:
- Policías y personal de la Fiscalía exigen pagos para no fabricar investigaciones falsas.
- Se realizan cateos ilegales que terminan en robos de mercancía y dinero de bóvedas.
A pesar de estas acusaciones, los detenidos en la Operación Enjambre no están vinculados a estos casos, dejando la sensación de que los problemas estructurales permanecen intocados.
El contexto: violencia y enfrentamientos recientes
El operativo en el Edomex ocurre en medio de otros eventos que también han generado cuestionamientos sobre las tácticas de las fuerzas públicas:
- En octubre, un enfrentamiento militar a 11 km de Culiacán dejó 19 sicarios muertos sin bajas militares.
- En estos casos, se aseguraron armas de alto calibre, incluidas ametralladoras y un fusil Barret.
La precisión de las fuerzas públicas en estos «enfrentamientos» genera suspicacias, sobre todo cuando las operaciones parecen más orientadas al espectáculo que a desarticular estructuras criminales.
Omar García Harfuch: ¿un golpe de timón?
Desde su nombramiento, Omar García Harfuch ha sido presentado como un estratega para combatir la inseguridad y la corrupción. La Operación Enjambre debía marcar su llegada con fuerza, pero los resultados no parecen justificar el despliegue:
- Falta de resultados contundentes: Las detenciones logradas no atacan los problemas de fondo en el Edomex, como la corrupción sistemática en las fiscalías.
- Eficacia cuestionable: Movilizar 214 elementos por detenido plantea dudas sobre la proporción entre el esfuerzo y los resultados.
La expectativa de que García Harfuch implemente cambios profundos sigue latente, pero el caso Enjambre sugiere que queda un largo camino por recorrer.
¿Espectáculo o estrategia efectiva?
La Operación Enjambre refleja un esfuerzo por combatir la corrupción y la extorsión en el Edomex, pero sus resultados generan más preguntas que certezas.
- ¿Por qué las detenciones no abordan las redes de corrupción más graves señaladas en las fiscalías?
- ¿Es sostenible seguir movilizando recursos masivos para casos de bajo impacto?
Mientras tanto, los ciudadanos del Edomex siguen esperando acciones contundentes que garanticen seguridad y justicia en un estado donde la extorsión parece haberse normalizado incluso dentro de las instituciones.
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