La gobernadora Mara Lezama confirmó el fallecimiento de Don Jesús Martínez Ross, primer gobernador constitucional de Quintana Roo, quien encabezó la administración inicial del estado tras su conversión en entidad federativa en 1974.
“Un hombre cercano a su pueblo, que marcó el inicio de una nueva etapa en la historia de nuestra tierra. En nombre del pueblo de Quintana Roo expreso mis más sentidas condolencias a su familia, amigos y seres queridos. Descanse en paz”, expresó la mandataria estatal en un mensaje difundido este domingo.
Heredero de una lucha social
Nacido el 7 de mayo de 1931 en Villahermosa, Tabasco, Jesús Martínez Ross se trasladó en su juventud a Chetumal, ciudad que adoptó como su hogar y desde donde construyó su trayectoria política. Se afilió al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y pronto comenzó a ocupar cargos de relevancia en la vida pública del entonces Territorio de Quintana Roo.
En 1975 se convirtió en el primer gobernador electo del naciente estado libre y soberano de Quintana Roo, cargo que desempeñó hasta 1981. Su gestión fue determinante para sentar las bases institucionales del nuevo estado y acompañar el crecimiento de polos turísticos como Cancún, que en aquellos años comenzaba a perfilarse como motor económico regional y nacional.
El propio Martínez Ross recordó en un mensaje compartido por el gobierno estatal el privilegio histórico de haber encabezado la primera administración:
“Tuve el honor y la distinción de ser el primer gobernador electo. Yo de hecho soy el heredero de una lucha social de hombres nacidos en Quintana Roo y arraigados en Quintana Roo, y que se coronó cuando se logró la transformación de territorio a estado libre y soberano”.
Legado en la vida pública

Antes de llegar a la gubernatura, Martínez Ross fue diputado federal por Quintana Roo entre 1973 y 1975, periodo en el que participó activamente en el proceso legislativo que formalizó la creación de la entidad federativa.
Su administración se enfocó en la construcción de instituciones estatales, la consolidación de la infraestructura pública en Chetumal y Cancún, así como en la promoción de la identidad quintanarroense en el marco de la nueva soberanía estatal.
Tras concluir su mandato, continuó vinculado a la vida política y social de Quintana Roo, siendo recordado como una figura cercana, con gran arraigo en la capital del estado y reconocido por su papel fundacional.


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