En un momento crítico para las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha emprendido una ofensiva diplomática para evitar la imposición de un arancel del 30% sobre todas las exportaciones mexicanas hacia su vecino del norte, amenaza hecha pública por el expresidente Donald Trump, quien busca volver a la Casa Blanca y endurecer su postura frente a México.
Este escenario, que podría golpear duramente al modelo de comercio exterior impulsado por el T-MEC y al fenómeno del nearshoring, ha movilizado a un equipo de alto nivel hacia Washington. El objetivo: alcanzar un acuerdo que alivie las presiones comerciales sin frenar la inversión ni el intercambio binacional.
Propuestas mexicanas ante el déficit comercial
Desde Palacio Nacional, Sheinbaum aseguró que su administración ya ha presentado propuestas concretas al gobierno estadounidense para reducir el déficit comercial sin frenar las exportaciones. “Hay formas de equilibrar la balanza sin dañar a la economía mexicana”, declaró la mandataria.
Entre los mecanismos propuestos se incluyen ajustes administrativos en los flujos comerciales, incentivos a la producción compartida, y mayor transparencia en el origen del capital de las empresas exportadoras, muchas de las cuales, recordó Sheinbaum, operan con inversión estadounidense.
Además, el equipo mexicano trabaja estrechamente con las secretarías de Economía y Hacienda para generar un marco técnico sólido que convenza a Washington de que no es necesario recurrir a sanciones unilaterales.
Trump vincula aranceles a seguridad y narcotráfico
La amenaza arancelaria de Trump no se limita a razones comerciales. En una misiva dirigida a Sheinbaum, el exmandatario republicano acusó a México de no frenar el tráfico de fentanilo ni el avance de los cárteles, afirmando que “América del Norte se ha convertido en un patio de recreo del narcotráfico”.
Estas declaraciones tensan aún más la relación bilateral, justo cuando ambos países buscan mantener una cooperación fluida en materia de seguridad, migración y comercio.
Aunque la administración mexicana no ha respondido directamente a estos señalamientos, la estrategia diplomática se ha centrado en resolver el tema desde una perspectiva económica y constructiva.
Nearshoring y T-MEC, en riesgo por tensiones bilaterales
La presidenta Sheinbaum advirtió que una guerra comercial con Estados Unidos sería un golpe al nearshoring, fenómeno que ha convertido a México en un destino prioritario para empresas que buscan producir cerca del mercado estadounidense.
Desde la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el comercio exterior se ha consolidado como eje del crecimiento económico mexicano. Por ello, proteger esa vía sin entrar en confrontaciones es ahora prioridad nacional.
“Hay que defender nuestra posición como socio estratégico de Norteamérica”, enfatizó la presidenta, quien no descartó una conversación directa con Trump si las negociaciones técnicas no avanzan.
¿Qué se juega México en esta negociación?
Además del impacto económico inmediato que un arancel del 30% implicaría —con efectos en sectores como el automotriz, agroalimentario y tecnológico—, lo que está en juego es la confianza de los inversionistas en el modelo de integración regional.
México se juega su papel como puente estratégico entre EE.UU. y América Latina, y como plataforma industrial clave para empresas globales. Perder ese estatus por un conflicto político o comercial sería un retroceso en la agenda de desarrollo impulsada en los últimos años.
Diplomacia y pragmatismo como herramientas clave
La situación es compleja, pero el gobierno mexicano apuesta por el diálogo técnico, la diplomacia económica y el pragmatismo político para evitar una crisis comercial. En un entorno global marcado por la incertidumbre, mantener la estabilidad del T-MEC y aprovechar el boom del nearshoring será crucial para México.
Claudia Sheinbaum, en su primer gran desafío internacional, ha optado por actuar con firmeza pero sin estridencias, confiando en que la racionalidad económica prevalecerá sobre las presiones políticas.


TE PODRÍA INTERESAR