México se enfrenta a una presión internacional después de perder una disputa sobre el uso del maíz transgénico para consumo humano, que podría resultar en la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos y Canadá.
Esta situación surgió a raíz de un fallo del panel del sistema de solución de controversias del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que concluyó que las medidas tomadas por el gobierno mexicano no están sustentadas en investigaciones científicas adecuadas.
El fallo que podría cambiar el rumbo de la política agrícola en México
El panel encargado de resolver la controversia sobre el decreto emitido el 13 de febrero de 2023, por el gobierno mexicano, determinó que la prohibición del uso del maíz transgénico para consumo humano no cumplió con los estándares internacionales relevantes. Los tres miembros del panel, Christian Häberli, Hugo Perezcano Díaz y Jean Engelmayer Kalicki, señalaron que México no presentó pruebas científicas que demostraran que el maíz genéticamente modificado representa un riesgo para la salud humana, animal o vegetal.
Esta decisión fue un duro golpe para el gobierno mexicano, que había argumentado que el decreto estaba alineado con principios de protección a la salud pública y los derechos de los pueblos indígenas. A pesar de esto, la Secretaría de Economía aceptó la resolución, aunque aclaró que no estaba de acuerdo con el fallo.
Los plazos y consecuencias de no revertir el decreto
México tiene hasta el 3 de febrero de 2024 para adoptar la decisión del panel y revertir el decreto. De no hacerlo, se enfrentarán a la aplicación de aranceles por parte de Estados Unidos y Canadá, lo que podría afectar gravemente la economía del país, particularmente el sector agrícola y comercial. El experto en comercio exterior, Jorge Molina, advirtió que la situación se complica aún más con la posibilidad de que un futuro presidente de Estados Unidos, como Donald Trump, aproveche la ocasión para cumplir sus promesas de campaña de aplicar aranceles adicionales a México.
El gobierno mexicano ha expresado su disposición a adoptar el fallo, pero también ha subrayado su intención de seguir luchando por la prohibición de la siembra de maíz transgénico en el país, a pesar de las implicaciones comerciales. En este sentido, las discusiones sobre la siembra de maíz transgénico continuarán en el Congreso mexicano en 2025, lo que podría generar nuevas controversias.
Las implicaciones del fallo y la posición del gobierno mexicano
El director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya, fue categórico al señalar que el fallo del panel demuestra que el gobierno mexicano, en particular los «ideólogos» de la Cuarta Transformación, ha generado un conflicto sin base científica. El panel determinó que las restricciones a las importaciones de maíz transgénico no están fundamentadas en evidencias científicas que justifiquen el daño que se ha afirmado.
Este conflicto plantea una disyuntiva clave para México: ¿ceder ante las presiones comerciales de Estados Unidos y Canadá, o mantener su postura sobre el maíz transgénico, una medida que no ha encontrado respaldo científico internacional? Las consecuencias de esta decisión no solo afectarán la relación comercial con sus socios más cercanos, sino que también podrían influir en las futuras políticas agrícolas del país.
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