En México, las mujeres esperan entre cinco y ocho meses para obtener un diagnóstico de cáncer de mama, un periodo cuatro veces mayor al recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un máximo de 60 días. Ante esta situación, autoridades y especialistas impulsan un índice de calidad para reducir los tiempos y mejorar la atención.
Durante el encuentro “Índice de Calidad del Cáncer de Mama: métricas que guían, voces que lideran, acción que sucede”, la oncóloga Yanin Chávarri Guerra, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, explicó que el nuevo Índice de Calidad de la Atención del Cáncer de Mama (BCCQI) permitirá evaluar desde la detección temprana hasta la adherencia al tratamiento.
De acuerdo con Chávarri, los retrasos se deben tanto a barreras personales como institucionales. “Una tercera parte del tiempo perdido se explica por el miedo o desconocimiento de las pacientes; el resto, por la saturación del sistema de salud y trámites que obligan a repetir estudios o perder citas”, señaló.
Una herramienta para mejorar la detección y el tratamiento
El BCCQI, impulsado por la OMS, busca que más del 80 % de las pacientes complete su tratamiento, lo que implica atender factores cotidianos como el transporte, el cuidado de los hijos y la falta de información. Los programas de navegación de pacientes, que acompañan a las mujeres desde la sospecha hasta la recuperación, han demostrado ser eficaces para mejorar la adherencia.
Chávarri destacó la necesidad de fortalecer la calidad de los estudios de imagen, así como adaptar los protocolos a una población más joven, ya que en México el cáncer de mama se diagnostica una década antes que en países desarrollados. “No se trata de hacer más estudios, sino los correctos, con radiólogos capacitados y tecnología adecuada”, puntualizó.
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