La noche del 10 de noviembre, el bar «Los Cantaritos» en Querétaro fue escenario de una masacre que dejó 10 personas muertas y 13 heridas, evidenciando la creciente presencia del crimen organizado en el estado. Un ataque brutal que duró apenas 22 segundos bastó para dejar una marca de sangre y dolor en el Bajío, y su desenlace sigue bajo la lupa de las autoridades. Humberto Pérez González, vicefiscal de Investigación Científica y Policial de Querétaro, confirmó la detención de una persona esa misma noche, pero las investigaciones avanzan lentamente mientras los habitantes de Querétaro demandan respuestas.
Un ataque de 22 segundos y una detención en el sitio
El breve, pero violento ataque ocurrió cuando alrededor de cuatro hombres armados llegaron en una camioneta pickup gris, ingresaron al bar y abrieron fuego contra los presentes. Las primeras víctimas fueron los objetivos principales del atentado: Fernando González Núñez, alias “La Flaca”, y Jesús Arteaga Montenegro, alias “El Chuyón”, quienes, según las autoridades, tenían vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y operaban en actividades de robo de combustible y narcotráfico.
El único detenido, un trabajador del bar, fue arrestado esa misma noche por obstaculizar el trabajo de la policía en la escena del crimen, un hecho que levantó sospechas y que mantiene a la Fiscalía investigando si su rol en el ataque va más allá de una simple obstrucción. La identidad del detenido y su relación con el crimen aún son motivo de estudio, mientras las autoridades concentran sus esfuerzos en entender la cadena de eventos y el propósito detrás de este ataque.
La batalla entre CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima en Querétaro
Querétaro, que hasta hace poco era considerado uno de los estados más seguros del país, se encuentra ahora en medio de una disputa territorial entre el CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima. Estas organizaciones han intensificado su guerra por el control del territorio en el Bajío, y el bar “Los Cantaritos” fue apenas uno de los escenarios de estos enfrentamientos. Tan solo unos días antes, el 7 de noviembre, tres personas fueron asesinadas en un restaurante en Querétaro en un episodio que las autoridades ahora relacionan con la masacre en Los Cantaritos.
Este nuevo episodio de violencia es el tercer ataque en la región relacionado con disputas de cárteles, y expertos señalan que Querétaro es ahora un territorio estratégico para ambas organizaciones debido a su cercanía con Guanajuato y su creciente importancia en la economía nacional. La intensificación de esta guerra podría significar más episodios violentos si no se logran medidas efectivas de contención.
Avances en la investigación: cateos y reconstrucción de los hechos
Desde la noche del ataque, la Fiscalía de Querétaro ha realizado cateos en distintos puntos, no solo en bares, sino también en domicilios privados, con el objetivo de recolectar pruebas que ayuden a identificar a los responsables. Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), ha participado activamente en la coordinación de la investigación, y su equipo ya ha logrado reconstruir parte del recorrido de los agresores tras el incidente.
Las autoridades han incautado dos vehículos, supuestamente relacionados con los atacantes, y están analizando imágenes de cámaras de seguridad y videos grabados por testigos en el bar. Este análisis es clave para ubicar la ruta de escape de los sospechosos y obtener una identificación visual de los responsables, una tarea que podría ser determinante en la captura de los perpetradores en un corto plazo.
El reto de la justicia: identificar a los autores materiales
El vicefiscal Pérez González ha dejado claro que el objetivo prioritario es localizar y procesar a los autores materiales de la masacre. La fiscalía ha entrevistado a algunos de los heridos y otros testigos, recopilando datos sobre las interacciones y relaciones entre los asistentes al bar durante el ataque. Hasta el momento, no se han dado a conocer más detenciones, pero las autoridades mantienen bajo reserva algunos detalles para evitar comprometer la investigación.
En palabras de Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, este ataque es una señal alarmante sobre la presencia del crimen organizado en la región. Kuri ha prometido reforzar la seguridad en Querétaro y trabajar en conjunto con la Fiscalía General de la República (FGR) para enfrentar el desafío que implica la violencia generada por las disputas entre el CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima.
Seguridad en Querétaro: ¿hacia dónde vamos?
Este trágico suceso en Los Cantaritos es un reflejo de la situación que enfrenta México en diversas zonas, donde las actividades delictivas de cárteles alcanzan espacios de la vida cotidiana. La escalada de violencia en Querétaro desafía la percepción de seguridad que el estado había mantenido durante años y plantea preguntas urgentes sobre las estrategias de seguridad y el papel de las autoridades locales y federales.
El ataque a “Los Cantaritos” y la creciente presencia del CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima en Querétaro ponen en evidencia la urgencia de medidas más efectivas de seguridad. La colaboración entre la FGR, las autoridades municipales y estatales es fundamental para impedir que la espiral de violencia continúe escalando y deje más víctimas a su paso.
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