La llegada del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, la tarde del martes 2 de septiembre, coincidió con el anuncio de Washington sobre un operativo militar en el Caribe que dejó 11 presuntos narcotraficantes muertos, vinculados al grupo venezolano Tren de Aragua.
Rubio aseguró que su país usará “todo su poderío” contra los cárteles, sin importar desde dónde operen. Un mensaje contundente que marca el tono de su visita a México y que se produce en vísperas de la firma de un protocolo de seguridad bilateral.
Sheinbaum marca límites ante Trump
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, respondió con firmeza a los amagos de Donald Trump, quien insiste en enviar tropas estadounidenses a México bajo el argumento de combatir el narcotráfico, esto previo a su reunión con Marco Rubio, programada este 3 de septiembre.
“México no acepta injerencismo ni subordinación. Colaboración, sí; violación a la soberanía, no”, subrayó Sheinbaum, dejando claro que su gobierno no permitirá una intervención militar extranjera.
Cooperación estratégica y tensiones diplomáticas
Aunque Sheinbaum ha defendido con fuerza la soberanía mexicana, también ha buscado puntos de cooperación con la Casa Blanca, sobre todo en materia de fentanilo, migración e intercambio comercial.
Esa estrategia, similar a la aplicada por López Obrador en el pasado, ha permitido mantener cierta estabilidad en la relación con Trump, contrastando con los roces del republicano con otros gobiernos latinoamericanos.
Percepción pública y política regional
Encuestas recientes reflejan que la imagen de Estados Unidos se ha deteriorado en México, con 91 % de desconfianza hacia Trump, mientras que Sheinbaum goza de altos niveles de aprobación por su manejo diplomático.
La visita de Rubio no solo busca endurecer la agenda de seguridad, sino también reforzar la influencia de Washington en América Latina, antes de su paso por Ecuador para reunirse con Daniel Noboa.


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