Cuando se habla de bienestar, cada persona lo entiende a su manera. Para algunos, significa estabilidad económica; para otros, seguridad, salud o simplemente la sensación de estar en paz con la vida. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) nos da una idea más clara de cómo los ciudadanos perciben su bienestar a través del Módulo de Bienestar Autorreportado (BIARE), y los resultados más recientes revelan diferencias interesantes entre hombres y mujeres.
Estados de ánimo: una brecha de género
El balance anímico es un indicador que mide el estado emocional de las personas. En noviembre de 2024, los hombres en México reportaron un promedio de 5.6, mientras que las mujeres se quedaron en 4.7. Es decir, ellas perciben su día a día con mayor carga de emociones negativas. Un dato aún más revelador es que las mujeres mostraron el nivel más bajo de vitalidad, con una calificación de 3.4, mientras que los hombres llegaron a 4.8. ¿Acaso las responsabilidades, el estrés cotidiano o la inseguridad afectan más a las mujeres?
Satisfacción con la vida: el optimismo sigue presente
A pesar de las diferencias en el estado de ánimo, la satisfacción con la vida en general mantiene un nivel alto. En promedio, los mexicanos calificaron su satisfacción con un 8.6 en una escala del 0 al 10. Aquí también se observa una ligera ventaja para los hombres (8.7) sobre las mujeres (8.5). Sin embargo, en el grupo de 18 a 29 años, ambos sexos reportaron el mismo nivel de satisfacción. Esto podría indicar que, conforme avanza la edad, las mujeres enfrentan mayores desafíos que afectan su bienestar.
Las áreas que más preocupan
Cuando se trata de satisfacción con aspectos específicos de la vida, el tema de la seguridad ciudadana destaca como el más preocupante. Mientras que la satisfacción promedio en este rubro es de 5.5, las mujeres lo calificaron con un preocupante 5.2, lo que refuerza la idea de que la inseguridad es una carga mayor para ellas. En contraste, la vivienda y las relaciones personales obtuvieron las calificaciones más altas, con 8.8 y 8.7, respectivamente.
El sentido de la vida y la resiliencia
Otro aspecto fundamental del bienestar es la eudemonía, es decir, la sensación de propósito y fortaleza personal. En este apartado, tanto hombres como mujeres coincidieron en que se sienten afortunados y libres para decidir sobre su vida, con un promedio de 9.4. Sin embargo, cuando se les preguntó si les cuesta trabajo recuperarse tras una mala experiencia, las mujeres obtuvieron un puntaje ligeramente mayor (5.6 contra 5.3 en hombres), lo que sugiere una percepción de menor resiliencia.
¿Qué nos dicen estos números?
Los datos muestran un país donde, en general, la población percibe su vida de manera positiva, pero con marcadas diferencias entre géneros. Mientras los hombres parecen enfrentar el día con mayor optimismo, las mujeres reflejan una mayor carga emocional y preocupación por la seguridad. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿qué factores sociales están influyendo en estas percepciones?, ¿cómo podemos generar entornos más equitativos para mejorar el bienestar de todos?


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