Las lluvias más fuertes del año dejaron severas afectaciones en 20 colonias de Iztapalapa, donde decenas de familias pasaron la noche atrapadas entre aguas negras y con cuantiosas pérdidas materiales. En menos de tres horas, el sistema de drenaje colapsó tras recibir más de 28 millones de metros cúbicos de agua, lo que provocó el desbordamiento de calles, casas y avenidas principales.
Calles y viviendas convertidas en ríos
En la colonia Ejidos de Santa María Aztahuacán, la escena al amanecer era desoladora: banquetas cubiertas de lodo, muebles flotando y viviendas anegadas hasta las rodillas en calles como Miguel Hidalgo, Plan de San Luis y Francisco Villa.
Vecinos de la tercera edad, como Catalina Romero y su esposo José, narraron que pasaron la noche en vela, intentando mitigar el daño con los pocos recursos a su alcance.
“Mi esposa y yo nos quedamos el resto de la noche sentados ahí, en una silla”, relató don José, mientras intentaba destapar con una vara la única coladera de su calle.
Pese a que la mayoría de casas han instalado compuertas de hasta 80 centímetros como medida preventiva, esta vez la intensidad de la lluvia las rebasó. El nivel del agua alcanzó 1.40 metros de altura, dejando electrodomésticos, camas y comedores inservibles.
El drama de las familias
En el patio de Alicia Torres, vecina de la calle Felipe Ángeles, la compuerta instalada para proteger su casa no resistió. El agua ingresó con tal fuerza que alcanzó el cuello de sus nietas.
“A mis nietas el agua les llegaba al cuello”, relató entre lágrimas.
Historias similares se repiten en colonias como Ejército de Oriente y la unidad Vicente Guerrero, donde vecinos intentaron rescatar pertenencias mientras el agua contaminada dañaba paredes, pisos y enseres domésticos.
Medidas de emergencia de la alcaldía
Ante la magnitud de la contingencia, la alcaldía Iztapalapa instaló siete puestos de mando en las zonas más afectadas. Desde estos puntos se coordinan las labores de desazolve, rescate de familias y apoyo alimentario.
De acuerdo con el reporte oficial, se distribuyeron más de 3 mil 500 raciones de alimentos y 2 mil kits de limpieza para las familias damnificadas. Personal de protección civil, bomberos y cuadrillas de mantenimiento trabajan a contrarreloj para drenar el agua y restablecer la movilidad en las calles inundadas.
Causas del desbordamiento
El colapso del sistema de drenaje fue provocado por la combinación de tres factores:
- La intensidad de la lluvia, que en pocas horas superó el promedio de todo un mes.
- El desbordamiento de aguas negras, que saturó los colectores principales.
- La ubicación geográfica de Iztapalapa, una de las alcaldías más bajas de la Ciudad de México y altamente vulnerable a encharcamientos.
Según autoridades locales, el sistema de alcantarillado no está diseñado para resistir precipitaciones de tal magnitud, lo que convierte a estas colonias en focos rojos durante cada temporada de lluvias.
Exigencias vecinales y protesta social
La desesperación llevó a un grupo de vecinos a exigir mayor intervención de las autoridades. Entre sus demandas destacan la rehabilitación de drenajes, construcción de nuevos colectores y apoyo económico para recuperar enseres perdidos.
Algunos habitantes criticaron que cada año enfrentan la misma problemática y que las medidas preventivas, como las compuertas instaladas en sus domicilios, resultan insuficientes frente a lluvias extremas.
Respuesta de las autoridades
La alcaldía informó que seguirá atendiendo de manera prioritaria a las familias afectadas y anunció un levantamiento de daños para determinar apoyos adicionales. También advirtió que se coordina con el Gobierno de la Ciudad de México para reforzar el bombeo y evitar mayores afectaciones en las próximas horas.
El alcalde recordó que, durante la noche del sábado, se registró una lluvia atípica cuya intensidad equivalió al doble de lo esperado en un evento ordinario.
Una alerta para la temporada de lluvias
Las inundaciones en 20 colonias de Iztapalapa representan una de las emergencias más graves de la temporada, poniendo en evidencia las limitaciones del sistema de drenaje y la vulnerabilidad de las familias que viven en zonas bajas.
Mientras la alcaldía y los cuerpos de emergencia mantienen sus operativos, los vecinos enfrentan la pérdida de bienes materiales, riesgos sanitarios por el contacto con aguas negras y la incertidumbre de no saber si volverán a vivir la misma tragedia en las próximas lluvias.
La emergencia es también un recordatorio de la urgencia de modernizar la infraestructura hidráulica de la Ciudad de México y de fortalecer medidas de prevención comunitaria que permitan enfrentar con mayor resiliencia fenómenos de esta magnitud.
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