Fue durante la madrugada de este jueves 19 de diciembre de 2024 cuando la ciudad de Villahermosa, capital del estado de Tabasco, vivió una jornada de caos y violencia descontrolada. El origen de los disturbios estuvo en un motín ocurrido dentro del Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco (Creset), en el cual, según diversas fuentes, se habrían producido detonaciones de armas de fuego, dejando en su estela una serie de altercados en la ciudad.
Lo que comenzó como un incidente dentro del penal, se expandió rápidamente hasta provocar bloqueos en las principales arterias carreteras de la ciudad, incendios de vehículos y tiendas, así como una creciente tensión entre las autoridades y los familiares de los internos, quienes se hicieron sentir exigiendo respuestas. Las imágenes y videos que circularon en redes sociales mostraron escenas de fuego y desesperación, pero las autoridades no han confirmado aún la magnitud del desastre.
Motín en el Creset: Una crisis que desbordó a Villahermosa
El Creset de Villahermosa ha sido escenario de conflictos en el pasado, pero el motín del jueves elevó la violencia a niveles inéditos. A medida que las detonaciones fueron escuchadas dentro del penal, los rumores de que había personas muertas o heridas comenzaron a tomar fuerza. Sin embargo, la Fiscalia de Tabasco solo ha confirmado dos muertes hasta el momento, aunque no se ha precisado si son internos o miembros de las fuerzas de seguridad. Este silencio por parte de las autoridades generó un clima de incertidumbre y frustración entre los familiares de los internos.
La reacción de los familiares: Exigiendo respuestas
A medida que avanzaba la mañana, la ciudad comenzó a colapsar. Los familiares de los internos, preocupados por la falta de información oficial, tomaron las calles. Bloquearon puntos clave de la carretera Villahermosa-Frontera para exigir saber qué sucedía dentro del penal. En las calles, las manifestaciones se tornaron tensas, y algunas personas aseguraron haber visto a sujetos encapuchados, quienes, según rumores, serían elementos policiales vestidos de civil. Estos incidentes desataron una serie de protestas que rápidamente tomaron la forma de un conflicto social mayor.
Algunas de las declaraciones de los familiares fueron de alto impacto, como la de una mujer que comentó: «Si hay ambulancia es porque hay algo adentro. No nos quieran ver la cara». Esta afirmación reflejaba el escepticismo y la desconfianza hacia las autoridades locales.
Incendios y bloqueos: Un panorama caótico
El caos se extendió más allá de las puertas del Creset. Diversos puntos de la ciudad fueron escenario de disturbios, con vehículos incendiados y establecimientos saqueados. En la carretera de Villahermosa a Frontera, en la colonia Atasta y en fraccionamientos como Los Claustros y Bosques de Saloya, se reportaron múltiples incidentes de quema de vehículos.
Un Oxxo fue incendiado en el fraccionamiento Villa Los Claustros, lo que obligó a la intervención de los Bomberos locales para sofocar el fuego. Las llamas alcanzaron proporciones considerables y generaron más caos en la ya convulsionada ciudad. Las redes sociales fueron testigos de estos momentos, con imágenes y videos que mostraban la magnitud de los daños y el desorden generalizado.
¿Qué sigue? La incertidumbre persiste
Hasta el momento, las autoridades de Tabasco y Villahermosa no han dado una versión oficial completa de los hechos, y las especulaciones siguen. Aunque algunos medios informan de seis heridos y dos muertos, las cifras varían y no hay confirmación oficial.
Lo que es claro es que los disturbios en Villahermosa no solo son un reflejo de los problemas internos del Creset, sino también de una creciente crisis de confianza en las autoridades locales. La falta de transparencia y de información clara ha dejado a la población en un estado de tensión, sin saber qué esperar del gobierno estatal y federal.
La necesidad de respuestas claras
La situación en Villahermosa es un reflejo de los graves problemas de seguridad y justicia que afectan al sistema penitenciario de México. Los disturbios en el Creset no son un caso aislado, sino parte de un panorama más amplio que requiere atención urgente. La falta de respuestas claras de las autoridades y la violencia desatada en las calles solo profundizan la crisis, y el pueblo de Villahermosa sigue esperando que el gobierno dé la cara y brinde la información necesaria para evitar más tragedias.
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