La historia sindical en la Ciudad de México volvió a encenderse. Entre pancartas, gritos y cientos de trabajadores formados desde el amanecer, Hugo Alonso Ortiz, líder de la sección 1 de limpia, se autoproclamó secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la CDMX.
El problema: el proceso no fue reconocido por el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA).
El regreso de un viejo conflicto
No es la primera vez que Alonso Ortiz busca controlar el sindicato. En 2020, protagonizó una situación similar al declararse presidente tras unas elecciones también desconocidas por las autoridades laborales.
El conflicto derivó en la intervención de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), que administró la organización durante casi un año antes de convocar nuevos comicios.
Una votación bajo sospecha
Según los organizadores, Alonso Ortiz obtuvo más de 63 mil votos, lo que equivale a dos terceras partes del padrón sindical. Sin embargo, trabajadores denunciaron irregularidades: participación de empleados recientemente basificados, coacción y falta de verificación de identidad.
“Nos obligaron a votar bajo amenaza de sanciones”, afirmó Julio Miranda, miembro de la sección 1, quien aseguró que muchos votantes no contaban con el dígito sindical requerido para ejercer su derecho al sufragio.
Desorganización y presión
El proceso electoral se realizó en el Deportivo Lázaro Cárdenas, en la colonia Del Parque. Testigos señalaron que la falta de control y la entrega de boletas sin identificación generaron dudas sobre la transparencia del conteo.
Para Miranda, todo fue una simulación:
“Es una burla a la base trabajadora. En un par de horas contaron miles de votos. Las boletas ya estaban listas”, denunció.
Desafío a las autoridades
En su discurso, Hugo Alonso Ortiz criticó la ausencia de representantes del Gobierno capitalino durante su toma de protesta y calificó de “ocurrencia” la decisión del TFCA de suspender la convocatoria.
Aseguró que, si es necesario, movilizará a los trabajadores para defender su legitimidad y advirtió que podría promover la salida del sindicato de la FSTSE, buscando así mayor independencia política.
El trasfondo político y sindical
El caso de Hugo Alonso refleja un fenómeno recurrente en los sindicatos del sector público: la lucha por el control interno frente a la burocracia estatal y los cambios administrativos.
En este contexto, el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México representa una fuerza laboral clave, especialmente en áreas como limpia, parques y transporte.
Más allá de las acusaciones, el resultado podría marcar un nuevo capítulo en la relación entre la jefatura de gobierno capitalina y los trabajadores sindicalizados, justo en un momento de redefinición política en la ciudad.


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