Un hedor fétido en una colonia de Ciudad Juárez, Chihuahua, condujo al macabro hallazgo de 381 cuerpos apilados en un crematorio irregular. La investigación apunta a una estafa masiva que ha profanado el duelo de cientos de familias, a quienes se les habrían entregado cenizas falsas.
La ciudad fronteriza de Ciudad Juárez se encuentra en estado de shock tras el descubrimiento de uno de los escenarios más dantescos de su historia reciente. Lo que comenzó como un reporte de vecinos por «olores fétidos» en la colonia Granjas Polo Gamboa, escaló hasta revelar un crematorio que albergaba 381 cuerpos humanos en condiciones deplorables, destapando una presunta red de fraude que lucraba con el dolor de cientos de familias.
La cifra oficial, confirmada por la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, fue creciendo de manera alarmante con el paso de las horas. Informes iniciales hablaban de 15 a 60 cuerpos, pero el procesamiento de la escena del crimen elevó el número final a 381 cadáveres.
No es una Fosa Clandestina: Es una Profanación del Duelo
A diferencia de los hallazgos de fosas clandestinas ligadas al crimen organizado, la investigación ha dado un giro aún más perturbador. La Fiscalía ha aclarado que los cuerpos encontrados no son víctimas directas de violencia reciente, sino personas que ya habían pasado por servicios funerarios y esperaban ser cremadas.
Los cadáveres, algunos de los cuales llevaban en el lugar desde 2023, se encontraban embalsamados, lo que ayudó a su conservación a pesar de estar apilados sin refrigeración ni condiciones sanitarias adecuadas.
El núcleo del escándalo reside en la conexión del crematorio con dos funerarias locales, ambas propiedad del mismo individuo. Las autoridades investigan la hipótesis de que las familias de los fallecidos pagaron por un servicio de cremación que nunca se realizó.
«Se trata fundamentalmente, y esto hay que aclararlo debidamente, de personas y de cuerpos que ya habían pasado por procesos funerarios y estaban esperando por un proceso de incineración… en lugar de cenizas se entregó otro material» – Funcionario de la Fiscalía de Chihuahua.
Esta declaración oficial confirma el temor más profundo: cientos de familias podrían haber recibido urnas con cenizas falsas, mientras los cuerpos de sus seres queridos eran abandonados y profanados. Esta revelación transforma un caso de negligencia sanitaria en una estafa de proporciones masivas, una traición a la confianza en uno de los momentos más vulnerables de la vida.
La Investigación y las Reacciones
Hasta el momento, una persona identificada como José A., hermano del propietario del inmueble y de las funerarias, ha sido detenida y, según la Fiscalía, está colaborando con la investigación. El crematorio, aunque no era clandestino, operaba con permisos irregulares, careciendo de licencias municipales clave.
El hallazgo ha movilizado a la sociedad civil. Aunque no se trata de personas desaparecidas en el sentido tradicional, colectivos de madres buscadoras y organizaciones de derechos humanos como el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM) han puesto su atención en el caso, exigiendo un trato digno para los cuerpos, una identificación transparente y justicia para las familias engañadas.
La tragedia de Juárez no solo expone un fraude de una crueldad inimaginable, sino que también abre un debate urgente sobre la regulación y supervisión de la industria funeraria en México. Para cientos de familias, el proceso de duelo ha sido violentamente interrumpido, reemplazado por la incertidumbre y el horror de saber que el último adiós a sus seres queridos fue una mentira.
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