El arresto que cierra meses de fuga internacional
Siete meses después de escapar de Mérida, Yucatán, Hernán Bermúdez Requena fue arrestado en Paraguay, donde vivía rodeado de lujos y manteniendo un perfil bajo. Su captura se concretó en el barrio cerrado Surubi’i, en Mariano Roque Alonso, tras investigaciones de inteligencia que involucraron a México, Paraguay y más de 190 países mediante Interpol. Bermúdez, apodado “El Abuelo” o “Comandante H”, enfrentará un proceso de extradición para responder por su vinculación con La Barredora y múltiples delitos.
Inicios y carrera en la seguridad pública
Bermúdez inició su trayectoria en la seguridad en los años 90, primero como director de Seguridad Pública en Tabasco bajo el gobierno interino de Manuel Gurría Ordóñez. Posteriormente dirigió el sistema penitenciario estatal y llegó a ser Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana durante la gestión de Adán Augusto López Hernández. Su ascenso se dio en paralelo a operaciones criminales, que la inteligencia militar y el CNI documentaron desde 2019 bajo el alias de “Comandante H”.
La creación de La Barredora y operaciones criminales
La Barredora surgió como una célula derivada del Cártel de los Beltrán Leyva, conformada por expolicías y agentes estatales. Operaba extorsión, huachicoleo, tráfico de personas, narcomenudeo y cobro de piso en municipios de Tabasco como Cárdenas, Comalcalco y Huimanguillo. Su brazo armado, conocido como “Comando de la Muerte”, estuvo activo en varios estados hasta al menos 2020. Bermúdez, mientras ostentaba autoridad pública, comandaba estas operaciones y controlaba la violencia en la región.
La doble vida: funcionario y criminal
Durante su gestión, Bermúdez negó públicamente la existencia de La Barredora. Sin embargo, informes internos de Sedena y CNI, junto con filtraciones de Guacamaya Leaks, lo identificaban como líder absoluto de la organización. Su doble vida combinaba el poder institucional con la actividad criminal, y los homicidios dolosos en Tabasco aumentaron un 83% durante su mandato.
La fuga internacional y la red de protección
El 26 de enero de 2025, Bermúdez abandonó México rumbo a Panamá, luego viajó a España y Brasil, hasta llegar a Paraguay de forma clandestina. Evitó la extradición simplificada y permaneció detenido mientras se prepara su entrega a México. Las autoridades paraguayas detectaron movimientos sospechosos desde marzo, confirmando su presencia irregular en el país. Su arresto cerró meses de persecución internacional y demostró la magnitud de su red criminal y de protección política.
Violencia y caos en Tabasco
La doble vida de Bermúdez coincidió con una escalada de violencia: ataques a su residencia en Tabasco 2000, motines en penales locales y ejecuciones vinculadas a la disputa de La Barredora con el CJNG. A pesar de los reportes de inteligencia, Bermúdez sostenía que el crimen organizado no existía en Tabasco, mientras su grupo consolidaba operaciones ilegales y controlaba territorios estratégicos.
Implicaciones políticas y cuestionamientos
La relación de Bermúdez con Morena y su cercanía a Adán Augusto López Hernández generó fuertes cuestionamientos. La excandidata Lorena Bourregard denunció la omisión y respaldo político hacia Bermúdez, señalando la falta de filtros en la selección de funcionarios clave. Otros exfuncionarios cercanos al crimen permanecen vinculados a la política, lo que evidencia la compleja relación entre poder institucional y redes criminales en la región.
El legado de la doble vida
Hernán Bermúdez Requena es el ejemplo más claro de cómo un funcionario público puede operar al margen de la ley mientras mantiene una fachada institucional. Su captura internacional revela la magnitud de sus delitos y la colaboración global necesaria para detenerlo. La historia demuestra que la autoridad y el crimen pueden coexistir en un mismo individuo, generando consecuencias graves para la seguridad pública y la gobernanza en Tabasco y México.


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