El 6 de noviembre de 2024, Guerrero fue escenario de un crimen de gran envergadura que aún resuena en los ecos del dolor y la indignación. Un total de 11 personas fueron encontradas sin vida al interior de una camioneta abandonada, en un caso que ha tomado relevancia nacional.
Estos asesinatos son parte de una serie de hechos violentos atribuidos al grupo criminal Los Ardillos, el cual también fue señalado como responsable del asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, ocurrido un mes antes.
¿Qué se sabe sobre el caso de las 11 víctimas?
Las víctimas, miembros de una misma familia originaria de la comunidad de Chautipan, en la Sierra de Chilpancingo, habían desaparecido entre el 21 y el 27 de octubre. Inicialmente, seis personas se trasladaron a la localidad de El Epazote, en Chilapa de Álvarez, para vender trastes. Sin embargo, tras perder contacto con ellos, otros miembros de la misma familia decidieron salir a buscarlos, pero también fueron reportados como desaparecidos.
El destino final de estos 11 miembros de la familia fue una camioneta abandonada en la carretera, donde fueron localizados sin vida, al parecer tras ser privados de la libertad por el grupo criminal Los Ardillos.
De acuerdo con las autoridades, Los Ardillos operan en diversas zonas de Guerrero, como Chilpancingo, Chilapa, Mochitlán y Quechultenango, y son responsables de una serie de actos de violencia, secuestros y asesinatos en la región. Las investigaciones del caso han sido complicadas por la falta de información de las víctimas y las amenazas constantes contra quienes intentan involucrarse en el caso.
El vínculo con el asesinato del alcalde de Chilpancingo
Uno de los aspectos más impactantes de este caso es la relación con el asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, quien fue asesinado el 6 de octubre de 2024. Según Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), el grupo criminal Los Ardillos es el mismo responsable de ambos crímenes. Aunque los móviles de ambos asesinatos son diferentes, el grupo detrás de estos actos violentos es el mismo.
La noticia de que este grupo criminal sigue operando con impunidad en la región ha causado preocupación en la población y en las autoridades locales. Desde el asesinato del alcalde, el gobierno federal ha intensificado sus esfuerzos para frenar las acciones de Los Ardillos, desplegando personal militar y coordinándose con la Fiscalía General de la República (FGR).
La respuesta del gobierno federal y la seguridad en Guerrero
Ante estos trágicos sucesos, el gobierno federal, en coordinación con las autoridades locales y federales, ha reforzado las medidas de seguridad en las zonas afectadas, especialmente en Tixtla, Chilapa y Quechultenango, donde Los Ardillos tienen mayor influencia.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha realizado operativos de seguridad para intentar frenar el avance de estos grupos criminales, y las investigaciones continúan con el objetivo de llevar a los responsables ante la justicia.
El caso también ha sacado a la luz las dificultades en la región para combatir la violencia organizada. La presencia de grupos criminales como Los Ardillos pone a prueba las capacidades del gobierno para garantizar la seguridad y justicia en comunidades que se sienten abandonadas y olvidadas por las autoridades.
El impacto social y la indignación en Guerrero
Este caso, como muchos otros en la región, ha desatado una ola de indignación y desesperanza en los habitantes de Guerrero. Las familias de las víctimas exigen justicia y que se esclarezcan los hechos detrás de estas desapariciones y muertes violentas. A medida que avanzan las investigaciones, las autoridades han expresado su compromiso de llevar a los responsables ante la justicia, pero también han reconocido las enormes dificultades que enfrentan debido a la violencia sistemática que se vive en la región.
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