Elementos del Grupo Centurión, perteneciente a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), en coordinación con la Fiscalía General del Estado, atendieron dos casos de secuestro virtual bajo la modalidad de extorsión telefónica.
En el primer caso, una mujer denunció haber recibido un mensaje de WhatsApp desde un número desconocido, en el que los extorsionadores se hicieron pasar por su hijo. Posteriormente, desde otro número, le exigieron el pago de 200 mil pesos y le enviaron una fotografía en la que presuntamente aparecía su hijo, de pie con las manos hacia atrás, con una barda de block como fondo.
Por su parte, el joven explicó que, al despertar, recibió una llamada en la que le solicitaron información personal y luego le dieron instrucciones para trasladarse a una tienda Bodega Aurrera, ubicada entre las avenidas José López Portillo y Lak’in. Una vez ahí, le indicaron que borrara todas las aplicaciones de su teléfono. Tras esperar dos horas por una persona que nunca llegó, dejó su motocicleta para abordar un taxi, siguiendo las indicaciones telefónicas.
El conductor lo llevó a un hotel en la avenida José López Portillo, supermanzana 60, manzana 14, lote 2. Al ingresar a una habitación, le pidieron al taxista que se desnudara y al joven que se colocara un casco y unos lentes para simular una situación en una videollamada. Más tarde, ambos fueron instruidos para salir del lugar y se les dijo que ya estaban “protegidos”.
El taxista regresó al joven al estacionamiento donde había dejado su motocicleta Italika, color gris con azul. Al llegar, encontraron unidades de la SSC, cuyos elementos informaron que la motocicleta había sido asegurada momentos antes como parte del operativo de búsqueda y localización.
El joven fue trasladado a la Fiscalía Especializada en Combate a los Delitos de Secuestro y Extorsión, donde se reunió con su madre, quien ya estaba recibiendo atención. Tras rastrear el número desde el cual se hicieron las llamadas, se confirmó que provenía del interior del CERESO de Altamira, Tamaulipas.
El segundo caso
Una mujer relató que, mientras se encontraba fuera de su domicilio por motivos laborales, recibió una videollamada vía WhatsApp desde el número de su hijo. En la llamada, él le pidió que no alertara a las autoridades y que siguiera las instrucciones de los extorsionadores. Luego, un hombre encapuchado tomó el control de la llamada y afirmó tener secuestrado al joven, exigiendo un rescate de 500 mil pesos para no hacerle daño.
La madre, presionada y bajo constantes amenazas, logró reunir aproximadamente 101 mil pesos mediante retiros de sus cuentas bancarias y préstamos a familiares. El dinero fue depositado en distintas cuentas bancarias proporcionadas por los delincuentes. Durante la noche, continuaron las llamadas intimidatorias, en las que le ordenaron destruir los comprobantes de depósito y comprometerse a pagar otros 200 mil pesos.
Entretanto, el joven —identificado como C.D.U.C., de 25 años y taxista de profesión— fue abordado el 21 de abril por un supuesto pasajero que lo obligó a trasladarse al fraccionamiento Kusamil y, posteriormente, a un hotel. Allí fue retenido en una habitación bajo vigilancia remota. Durante su cautiverio, fue obligado a desnudarse frente a una cámara mientras era amarrado y vigilado por un sujeto apodado “Pantera 51”.
La víctima fue manipulada psicológicamente para simular su propio secuestro con el fin de presionar a sus familiares. Finalmente, fue liberado bajo amenazas de no denunciar y logró regresar a su domicilio por sus propios medios.
Gracias a la intervención del Grupo Centurión y la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo, se logró rastrear al joven mediante la geolocalización de su teléfono, localizándolo con vida y en buen estado.


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