En la Ciudad de México, el debate sobre la gentrificación ha colocado a plataformas de alojamiento temporal como Airbnb en el centro del problema. Sin embargo, un análisis de D+D Urbanismo MX (2025) revela que estas representan menos del 1% del parque habitacional total.
La verdadera raíz de la gentrificación son factores estructurales: déficit de vivienda asequible, normas de construcción obsoletas y la existencia de miles de viviendas deshabitadas. Mientras los medios se enfocan en Airbnb, 207,026 viviendas permanecen vacías, es decir, 6.8% del total en la capital.
Datos que cambian la percepción
- Menos vivienda social: Desde 1990, la construcción cayó 80%, mientras la demanda anual se mantiene en 77,000 unidades.
- Oferta mínima en plataformas digitales: Solo 3.5% del parque en renta está en plataformas como Airbnb.
- Microemprendimientos dominan: 77% de los anfitriones posee una sola propiedad.
- Deshabitación urbana: Alcaldías centrales como Cuauhtémoc tienen 9.34% de vivienda deshabitada versus 2.24% de alojamientos temporales.
Estos números muestran que la percepción de Airbnb como causante principal de gentrificación es exagerada y que los problemas estructurales requieren soluciones a largo plazo.
Impacto positivo del alojamiento temporal
Aunque marginal en cantidad de unidades, Airbnb contribuye 15% al turismo de hospedaje en CDMX y generó 22,000 millones de pesos en 2024, con 63,000 empleos asociados. Cada peso gastado en alojamiento temporal multiplica la actividad económica en comercios locales, transporte y servicios de mantenimiento.
Esto demuestra que, bien reguladas, las plataformas de alojamiento temporal pueden fortalecer la economía local sin agravar la gentrificación.
Propuestas para frenar la gentrificación
El estudio propone una estrategia integral que combina regulación, recuperación de vivienda y educación cívica:
- Regular el alojamiento temporal de manera diferenciada, priorizando la economía comunitaria.
- Recuperar viviendas deshabitadas para renta asequible.
- Promover civismo entre anfitriones y huéspedes, fomentando inclusión y respeto a las comunidades locales.
- Densificar zonas centrales con vivienda social, usando herramientas como la Norma 26.
- Actualizar normas urbanas con visión metropolitana.
Experiencias internacionales muestran que políticas basadas en evidencia generan beneficio económico sin profundizar la desigualdad.


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