La fe volvió a llenar las calles de Jalisco. Unos tres millones de peregrinos, según cifras oficiales, acompañaron este domingo a la Virgen de Zapopan en su tradicional romería anual, una de las celebraciones religiosas más multitudinarias del país. El recorrido, de poco más de nueve kilómetros, unió la Catedral Metropolitana de Guadalajara con la Basílica de Zapopan, en un ambiente de devoción, música y esperanza compartida.

Una caminata de fe y tradición

La romería de la Virgen de Zapopan comenzó al amanecer, cuando la imagen mariana fue despedida con una misa solemne en la Catedral tapatía. Al término de la ceremonia, la vanguardia del contingente inició su marcha hacia Zapopan entre cantos, rezos y danzas tradicionales, llegando a la basílica poco después de las 11:30 de la mañana.

Pese a la enorme afluencia, las autoridades reportaron saldo blanco, con millones de asistentes que participaron en orden. Fieles provenientes de distintos puntos del estado —y de otras entidades del país— caminaron hombro a hombro para rendir homenaje a la también conocida como “La Generala”, patrona de Jalisco y protectora de Guadalajara.

Devoción y esperanza: los ausentes también caminaron

Este año, además del fervor religioso, la romería estuvo marcada por un fuerte componente de esperanza social. Colectivos de familiares de personas desaparecidas participaron con mantas y fotografías de sus seres queridos, sumando su dolor a la plegaria colectiva.

Con base en su fe, muchos de ellos pidieron la intercesión de la Virgen de Zapopan para encontrar respuestas y justicia. La procesión se convirtió así en un acto de fe, memoria y resistencia pacífica, donde la devoción se mezcló con el reclamo de miles de familias que continúan buscando a los suyos.

Danza, música y color en una celebración centenaria

Como cada año, la romería estuvo acompañada por danzantes con vestimentas prehispánicas, que con tambores, caracoles y sonajas acompañaron la procesión desde las primeras horas del día. Según la tradición, estas danzas simbolizan el encuentro entre la fe indígena y la cristiana, una fusión cultural que define gran parte de la identidad religiosa jalisciense.

Los tambores y cánticos resonaron sin pausa durante toda la jornada, y los grupos prometieron seguir bailando hasta el lunes como ofrenda a la Virgen. Este despliegue de color y energía reafirma el carácter sincrético y festivo de la celebración, que combina la espiritualidad con las raíces culturales de México.

Organización y seguridad: un operativo ejemplar

El evento contó con una amplia coordinación entre autoridades municipales y estatales. De acuerdo con el reporte oficial, participaron 8,720 funcionarios en tareas de seguridad, salud y apoyo logístico para garantizar la integridad de los caminantes.

Solo en Zapopan se atendieron 250 emergencias médicas, en su mayoría leves, incluyendo 20 casos de picaduras de abeja y un niño de un año y dos meses que sufrió convulsiones. En Guadalajara se registraron 200 atenciones médicas adicionales, también sin consecuencias graves.

El cardenal José Francisco Robles Ortega ofició la misa de bienvenida en la Basílica de Zapopan, donde expresó su gratitud a los feligreses por su ejemplo de fe y unidad.

Un patrimonio vivo reconocido por la UNESCO

La importancia cultural y espiritual de esta celebración trasciende fronteras. En noviembre de 2018, la romería de la Virgen de Zapopan fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, durante la XIII sesión del Comité Intergubernamental celebrada en Port Louis, República de Mauricio.

Este reconocimiento subraya el valor de la tradición no solo como manifestación religiosa, sino también como expresión de identidad y cohesión comunitaria, que año tras año reúne a millones en torno a una misma fe.

La romería de la Virgen de Zapopan 2025 volvió a demostrar la fuerza de la fe colectiva en México. Entre plegarias, cantos y danzas, millones de personas caminaron en un gesto de amor, esperanza y unidad, recordando que la devoción también puede ser un espacio de encuentro para los que buscan consuelo y justicia.

Con saldo blanco, un operativo eficaz y una participación masiva, la Virgen de Zapopan reafirmó su lugar como símbolo espiritual y cultural de Jalisco, y como una de las figuras más veneradas de la fe católica en América Latina.