Invasión en Texcoco: un escándalo que crece bajo sospechas de complicidad
La historia comenzó con una denuncia silenciosa que, poco a poco, fue cobrando fuerza. Según el Secretario del Ayuntamiento, Faustino de la Cruz, agrupaciones delictivas invadieron cerca de 30 hectáreas del Parque Ecológico Lago de Texcoco, una zona protegida ubicada junto al cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
Pero lo más grave no fue solo la invasión. Lo escandaloso fue la presunta colusión del entonces alcalde morenista de Ecatepec, Fernando Vilchis, quien, de acuerdo con De la Cruz, permitió el ingreso de cascajo y materiales de construcción, facilitando que organizaciones afines al crimen organizado se adueñaran del territorio.
Los grupos detrás de la invasión: la USON y “Los 300”
Las investigaciones municipales apuntan a dos grupos con amplio historial de control territorial: la Unión de Sindicatos y Organizaciones Nacionales de la República Mexicana (USON) y la organización conocida como “Los 300”.
Ambas agrupaciones, según el funcionario, utilizaron maquinaria para rellenar zonas lacustres, levantaron terraplenes y construyeron viviendas irregulares. Hoy, más de mil casas ocupan un terreno que debería conservar su carácter ecológico, lo que representa un grave daño ambiental y un desafío directo al Estado mexicano.
Señalan permisividad de autoridades y vínculos políticos
Faustino de la Cruz fue contundente: “Es un área de reserva natural, pero de esas 800 hectáreas, 30 están invadidas por grupos violentadores sociales, como la USON y Los 300, apadrinados por Fernando Vilchis y personajes de las fiscalías”.
Esta declaración no solo implica al exalcalde, sino que sugiere una red de complicidades en los ministerios públicos y en otras instancias del poder. La permisividad de algunos funcionarios habría permitido el ingreso constante de materiales pétreos y el avance de las construcciones ilegales sin sanción alguna.
Conagua, FGR y la Marina intervienen ante la gravedad del caso
Debido a la magnitud de la invasión, el Ayuntamiento solicitó la intervención de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Fiscalía General de la República (FGR), la Marina, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional.
Las autoridades acudieron a la zona para colocar sellos de suspensión en una de las rejas de acceso, pero los grupos invasores los retiraron poco después, continuando con la construcción. La respuesta institucional, hasta ahora, ha sido limitada frente a un problema que crece día a día.
Un crimen ambiental con implicaciones políticas
La invasión del Parque Ecológico Lago de Texcoco representa mucho más que una disputa por terrenos. Se trata de un atentado ambiental en una de las zonas más frágiles del Valle de México, donde el ecosistema lacustre cumple funciones vitales para la biodiversidad y el control del clima local.
La presunta participación o encubrimiento por parte de un exalcalde morenista como Fernando Vilchis también abre un frente político: pone en entredicho el compromiso del partido con la transparencia y el respeto a la ley.
El llamado a la acción: recuperar el Lago de Texcoco
Faustino de la Cruz aseguró que el Ayuntamiento insistirá en la intervención de las fuerzas federales. “Esperamos acciones conjuntas con la Marina, la Sedena, la Guardia Nacional y la Policía Municipal”, afirmó, subrayando que no se puede permitir que intereses privados y delictivos sigan ganando terreno sobre un espacio público y ecológico.
El Lago de Texcoco, símbolo de la historia natural de México, se encuentra hoy en riesgo por la omisión y la corrupción. La recuperación de estas 30 hectáreas será una prueba clave de si las instituciones mexicanas pueden actuar contra la impunidad o si, una vez más, la naturaleza será la víctima silenciosa del poder político.


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