Dos crímenes recientes en México revelan un inquietante patrón: sicarios que, disfrazados como repartidores de comida, han perpetrado ejecuciones en restaurantes concurridos. Este modus operandi ha cobrado la vida de un exfiscal estatal y de un presunto operador financiero del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Jesús Pérez Alvear: la ejecución en un restaurante de Polanco
El 4 de diciembre de 2024, Jesús Pérez Alvear, conocido como “Chucho”, fue asesinado en un restaurante de la exclusiva Plaza Miyana, en Polanco, Ciudad de México. Pérez Alvear, promotor musical y señalado por el Gobierno de Estados Unidos como operador financiero del CJNG, se encontraba en el restaurante El Bajío cuando fue atacado.
Los perpetradores, vestidos como repartidores de aplicaciones de comida, llegaron con cascos de motocicleta y pidieron acceso al restaurante alegando ser trabajadores de delivery. Una vez dentro, dispararon a quemarropa contra Pérez Alvear, quien tenía vínculos con Berenice González Valencia, hermana de Rosalinda González, esposa de Nemesio Oseguera, alias “El Mencho”.
El asesinato del exfiscal Elohim Díaz Jiménez en Metepec
Bajo circunstancias similares, el 21 de enero de 2025, Elohim Díaz Jiménez, exfiscal regional del Estado de México, fue ejecutado junto al empresario Christian Gómez en una fonda de Metepec llamada El Portalito.
Cámaras de seguridad captaron a dos individuos llegando al lugar; uno llevaba una mochila típica de repartidores de aplicaciones. Ingresaron al establecimiento y dispararon contra Díaz Jiménez, quien estaba bajo investigación por presuntos vínculos con el crimen organizado tras la captura de Óscar “N”, alias “El Pecha”, líder regional de la Familia Michoacana.
Crímenes con vínculos al crimen organizado
Ambos asesinatos comparten un denominador común: las víctimas tenían presuntas conexiones con cárteles del narcotráfico. En el caso de Pérez Alvear, su relación con el CJNG y su cercanía con la familia de “El Mencho” lo colocaron en el centro de las investigaciones. Por otro lado, Díaz Jiménez había sido removido de su cargo como fiscal debido a supuestos nexos con la Familia Michoacana.
El peligro del nuevo modus operandi
El uso de disfraces como los de repartidores de comida por aplicación representa una estrategia eficaz para pasar desapercibidos y acercarse a sus objetivos en lugares públicos. Esta fachada explota la familiaridad y la confianza que generan estos trabajadores en la sociedad.
Las autoridades deben redoblar esfuerzos para combatir esta modalidad delictiva, que no solo representa un reto logístico, sino también un riesgo latente para espacios que deberían ser seguros para los ciudadanos.
Los asesinatos de Jesús Pérez Alvear y Elohim Díaz Jiménez no solo dejan al descubierto el alcance del crimen organizado en México, sino también la sofisticación y creatividad de los sicarios al emplear tácticas camufladas. El desafío para las autoridades es monumental: identificar patrones, fortalecer la seguridad y proteger a la población de crímenes que cada vez se realizan con mayor impunidad y descaro.
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