El miércoles pasado, un episodio radial dejó entrever el peso de las tensiones políticas y mediáticas que marcan al México actual. Ciro Gómez Leyva, conductor de uno de los noticieros más escuchados, protagonizó una confrontación con Epigmenio Ibarra, el videógrafo y productor cercano al régimen de la Cuarta Transformación. ¿El motivo? Un artículo de Ibarra donde señalaba, entre otras cosas, la falta de autocrítica en los medios críticos a López Obrador.
Más allá de las palabras que cruzaron ambos personajes en ese momento, esta disputa abre una ventana a una figura que ha transitado de ser periodista en zonas de guerra a productor de series sobre narcopolítica, pasando por ser un acérrimo defensor del actual gobierno.
Los inicios de Ibarra: periodista en el conflicto
La trayectoria de Epigmenio Ibarra comenzó con la cámara al hombro en los conflictos armados de El Salvador durante los años 80. Su labor como periodista de guerra le permitió registrar la crudeza de los enfrentamientos y le ganó reconocimiento internacional.
Sin embargo, su regreso a México lo colocó en el centro de decisiones controvertidas. Trabajó en el área de propaganda de la Presidencia durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, encargado de difundir las actividades del mandatario en el extranjero.
De la política a la narcopolítica: el auge de Argos
En 1992, Ibarra cofundó Argos Comunicación, una productora que revolucionaría el contenido televisivo mexicano al introducir temas como la narcopolítica y la corrupción en las telenovelas. Con apoyo financiero de Carlos Slim, Argos se consolidó como un referente en la televisión mexicana, pero también atrajo críticas por glorificar al crimen organizado en su narrativa.
Algunas de sus producciones se convirtieron en éxitos, pero su enfoque temático levantó cejas, particularmente entre quienes cuestionaban los límites entre entretenimiento y apología del narcotráfico.
Las tensiones con el poder: de crítico a aliado
Epigmenio Ibarra fue un feroz opositor de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, pero su relación con el poder ha sido ambigua. En 2005, propuso a Genaro García Luna una serie que mejorara la imagen de la Agencia Federal de Investigación, lo que muestra un interés en colaborar con figuras clave del sistema que más tarde criticaría abiertamente.
Tras la llegada de López Obrador al poder, Ibarra se convirtió en uno de sus defensores más visibles. Aunque aseguró en entrevistas que no cobraría un peso por apoyar al gobierno, recibió un crédito millonario de 150 millones de pesos para su productora, un movimiento que no pasó desapercibido entre sus críticos.
Polémicas recientes: la confrontación con Ciro Gómez Leyva
El enfrentamiento con Gómez Leyva puso sobre la mesa la tensión entre los medios de comunicación tradicionales y figuras cercanas al actual gobierno. El periodista acusó a Ibarra de ataques directos contra su equipo y su audiencia, mientras que este defendió su postura asegurando que su lealtad está con los ciudadanos y no con los intereses mediáticos.
Aunque el debate no llegó a una conclusión, evidencia una polarización cada vez más marcada entre quienes cuestionan al régimen y quienes lo respaldan.
La doble vida de Ibarra: idealismo y pragmatismo
Desde su paso por las guerrillas centroamericanas hasta su consolidación como productor televisivo, la figura de Epigmenio Ibarra es compleja y llena de matices. Su cercanía al poder y sus constantes cambios de lealtades han generado dudas sobre la coherencia de su discurso, pero también lo han convertido en una figura indispensable para entender la narrativa de la Cuarta Transformación.
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