En un nuevo golpe contra el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha impuesto sanciones económicas a los Hermanos Bonques, una célula criminal originaria de Xalisco, Nayarit, vinculada al tráfico de heroína durante la crisis de opioides en los años noventa.
Liderados por Roberto Castellanos Meza, alias Beto Bonques, e integrados por los hermanos Iván Atzayácatl, Giovanni y Juan Carlos Castañeda Meza, este grupo aprovechó los fértiles campos de amapola de Nayarit para exportar heroína al estado de California, exacerbando una de las mayores crisis de salud pública en la historia de EE.UU.
La conexión entre Xalisco y la crisis de opioides
Durante la última década del siglo XX, los productores de amapola de Xalisco encontraron un mercado en expansión en EE.UU., donde la adicción a los opioides se disparaba debido a la falta de regulación de medicamentos recetados. Los Hermanos Bonques, con operaciones discretas pero efectivas, se convirtieron en piezas clave para el transporte de heroína hacia ciudades como Los Ángeles y San Francisco.
Según investigaciones, este grupo utilizó redes locales y transnacionales para distribuir heroína de alta pureza a bajo costo, ganándose el apodo de los «traficantes de mochilas». Este enfoque minimizaba el riesgo y maximizaba las ganancias, sentando las bases para la expansión del tráfico de heroína en todo Estados Unidos.
Sanciones como herramienta de presión
Las medidas anunciadas por el Departamento del Tesoro buscan congelar los activos de los Hermanos Bonques en territorio estadounidense y prohibir cualquier tipo de transacción financiera con empresas o individuos de ese país. Estas sanciones forman parte de una estrategia más amplia para debilitar al CJNG, considerado una de las organizaciones criminales más peligrosas del mundo.
Implicaciones para el CJNG y la lucha contra el narcotráfico
El CJNG ha diversificado sus operaciones, incluyendo el tráfico de fentanilo y metanfetaminas, pero estas sanciones representan un retroceso en su capacidad financiera y logística. Asimismo, exponen la relación histórica entre el crimen organizado y la crisis de opioides, obligando a los gobiernos a redoblar esfuerzos en el combate a estas redes transnacionales.
El impacto social de la crisis de opioides
La crisis de opioides, que comenzó en los años noventa y persiste en la actualidad, ha dejado un saldo devastador de muertes y adicciones en Estados Unidos. Este caso subraya la necesidad de abordar el problema desde múltiples frentes, incluyendo:
- Control del tráfico de drogas: Mayor cooperación entre México y EE.UU. para desmantelar redes criminales.
- Prevención del abuso de medicamentos: Regulaciones estrictas en la prescripción de opioides.
Apoyo a las comunidades afectadas: Programas de rehabilitación y prevención.
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