El desvío millonario que hoy sacude a Ecatepec no comenzó como un escándalo mediático, sino como un murmullo interno en los pasillos del palacio municipal. Empleados administrativos hablaban en voz baja de contratos que “nadie había visto”, facturas que llegaban desde oficinas que no existían y obras que, a simple vista, jamás se habían construido. Ese murmullo se convirtió en alerta cuando el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM) llegó con dos auditorías bajo el brazo y un mandato claro: revisar el ejercicio de más de 1,500 millones de pesos utilizados en 2024.
Lo que vino después no fue sorpresa para quienes ya sospechaban que algo no cuadraba. Las auditorías detectaron 69 observaciones, todas relacionadas con fallas, anomalías y posibles responsabilidades dentro del Sistema Anticorrupción del Estado de México. Pero para los habitantes de Ecatepec —acostumbrados a caminar entre baches, calles sin luz y parques abandonados— la sorpresa fue otra: descubrir que el dinero para resolver muchos de esos problemas sí había existido… pero no llegó a donde debía.
Auditorías revelan un desvío millonario en Ecatepec
El OSFEM examinó dos rubros esenciales. El primero, el “estado de situación financiera”, auditó 944 millones de pesos del presupuesto municipal. El segundo, la “inversión física”, revisó 572 millones en obras públicas que, según los documentos oficiales, estaban terminadas y pagadas.
Sin embargo, el panorama real era otro. La autoridad fiscalizadora encontró pagos realizados sin contratos, servicios no comprobados, obras inexistentes y uso de partidas indebidas. En pocas palabras: se gastó dinero sin justificar cómo, en qué y para qué.
En el rubro de inversión física, la historia adquiere tintes de ficción:
– Mezcla asfáltica para bacheo que nunca se aplicó
– Emulsión asfáltica pagada sin pruebas de uso
– Programas de reciclado de vialidades sin evidencia
– Luminarias Tlahuilli compradas sin constancia de instalación
– Restauraciones escolares sin documentos que acreditaran los trabajos
Para los vecinos, esto explica por qué tantas calles seguían oscuras, por qué los baches crecían como cráteres y por qué las escuelas esperaban obras prometidas desde hace años.
Obras fantasmas y contratos inexistentes: el corazón del problema
Dentro del palacio municipal, algunos trabajadores describieron la situación como un rompecabezas incompleto: órdenes de compra sin anexos, presupuestos modificados sin justificación y pagos realizados sin documentos contables originales. Todo ello resultó en una cadena de errores que no pudieron ocultarse durante la fiscalización.
El OSFEM también detectó irregularidades en:
– Mantenimiento de elevadores
– Renta de un vactor para desazolve
– Rehabilitación de parques
– Pavimentación en diversas colonias
– Construcciones educativas como techados y sanitarios
A mitad del informe aparece la palabra que resume todo: desvío millonario. No significa necesariamente que todo fue robado, pero sí que el dinero público no siguió su ruta legal. Lo más grave es que el municipio gastó más de lo permitido y no presentó evidencia que justificara un balance presupuestario negativo.
Ecatepec entre la frustración ciudadana y la exigencia de transparencia
Los habitantes de Ecatepec no esperan milagros; esperan servicios básicos que funcionen. Y por eso, cuando escuchan de auditorías multimillonarias, sienten que las cifras no reflejan la realidad que viven día a día. Una vecina de Xalostoc lo resume así:
“Aquí nunca llegó nada. Ni luz, ni pavimento, ni parque. ¿Dónde está lo que pagaron?”
La auditoría también halló que se usaron recursos de una fuente federal distinta a la autorizada, además de pagos indebidos por deuda pública. Para los especialistas, esto revela una administración con controles débiles y decisiones financieras precipitadas o negligentes.
Hoy, el caso del desvío millonario abre una conversación urgente: ¿cómo garantizar que los recursos públicos se utilicen de forma transparente? ¿Qué mecanismos de vigilancia deben reforzarse? ¿Y cómo evitar que Ecatepec —uno de los municipios con mayor población del país— siga cargando con obras fantasmas que pesan más que cualquier deuda?
Lo que sí está claro es que este desvío millonario marcará el cierre de una administración y el inicio de una exigencia ciudadana que ya no piensa quedarse callada.
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