Blanca Patricia, una madre buscadora del colectivo Proyecto de Búsqueda en Guanajuato, lleva más de siete años en un incesante camino de dolor, esperanza y valentía. Desde la desaparición de su primer hijo, Jesús Abel Jiménez Torres, en mayo de 2017, su vida cambió para siempre. Hoy, esa pesadilla vuelve a tocar su puerta: el pasado 4 de noviembre desapareció su segundo hijo, Óscar Iván, junto a su esposa Luz Alejandra, mientras circulaban por la Carretera Panamericana en Apaseo el Grande, Guanajuato.
El camino de Blanca Patricia es el mismo que transitan miles de madres en México, quienes han hecho de la búsqueda de sus seres queridos una misión, enfrentando no solo el dolor de la pérdida, sino también la indiferencia y obstáculos del sistema.
En esta lucha, el colectivo Proyecto de Búsqueda se ha convertido en un pilar para muchas familias que, como Blanca Patricia, claman por justicia y respuestas en un país con cifras alarmantes de desapariciones.
Óscar Iván y Luz Alejandra: nuevas víctimas de la crisis de desaparecidos en México
El 4 de noviembre, Óscar Iván, de 29 años, y su esposa Luz Alejandra desaparecieron sin dejar rastro. La última comunicación con la pareja fue alrededor de las siete de la noche, y, desde entonces, sus familiares y el colectivo han difundido fichas de búsqueda con sus características y señas particulares, con la esperanza de obtener alguna pista que permita dar con su paradero.
Óscar Iván tiene cicatrices en la muñeca izquierda, un tatuaje de conejo de Playboy en el pie derecho y una frase en inglés en el pecho; su esposa Alejandra tiene varios tatuajes distintivos, incluyendo un corazón en la mano y el nombre de «Naomi». Para Blanca Patricia, la desaparición de su hijo representa una dolorosa repetición, una herida que, lejos de cerrarse, se ha hecho más profunda.
La doble desaparición: cifras oficiales y realidades enfrentadas por las familias
La desaparición de Óscar Iván es solo una nueva página en la historia de miles de personas que se han esfumado en México. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas, actualmente hay alrededor de 117 mil casos documentados en el país. Sin embargo, tras la pandemia de COVID-19, las autoridades realizaron un «censo casa por casa» para «actualizar» la cifra de desaparecidos, un esfuerzo criticado por colectivos y familias que denuncian la reducción de casos en las estadísticas.
En diciembre de 2023, el gobierno de la administración de Andrés Manuel López Obrador anunció que solo existían datos suficientes para confirmar la desaparición de 12,377 personas:
«¡No los vuelvan a desaparecer! ¡Son más de 110 mil!» gritaban en una protesta en el Ángel de la Independencia decenas de madres buscadoras, incluida Blanca Patricia. Con pancartas y un dolor a cuestas, las familias reclamaban la disminución en los números oficiales, sintiendo que sus seres queridos desaparecían por segunda vez.
Blanca Patricia y su enfrentamiento con las autoridades
Hace apenas un año, Blanca Patricia vivió una situación surrealista: dos personas, identificadas como «funcionarios del gobierno federal», llegaron a su hogar preguntando por Jesús Abel, su primer hijo desaparecido. Al parecer, el joven aparecía en el registro de personas vacunadas contra COVID-19. Este incidente dejó a Blanca Patricia con más dudas y sin respuestas claras por parte de las autoridades, quienes no lograron explicar cómo su hijo desaparecido figuraba en ese listado.
Al pedir detalles en el Ministerio Público, Blanca solo obtuvo silencio. «Se bajaron de una camioneta del gobierno y me preguntan que si Jesús seguía viviendo aquí. ‘¿Cómo?’, les respondí; y ellos me aseguraron que Jesús aparece como vacunado contra el Covid-19». La burocracia y la falta de claridad en las investigaciones han sido constantes en la búsqueda de Blanca Patricia, y hoy ese mismo sistema parece abandonar nuevamente su caso.
El colectivo Proyecto de Búsqueda: madres unidas en una causa
Blanca Patricia no está sola en su lucha. Forma parte del colectivo Proyecto de Búsqueda, un grupo de madres y familiares de desaparecidos que se han unido para encontrar a sus seres queridos y visibilizar la problemática. Este colectivo, como muchos otros en México, ha surgido de la necesidad de respuesta ante la falta de acción de las autoridades.
Las madres buscadoras, con su propio esfuerzo y recursos, recorren caminos, enfrentan riesgos y organizan protestas para no permitir que sus seres queridos queden en el olvido.
El Proyecto de Búsqueda y otros colectivos han sido clave en la creación de redes de apoyo para familias, convirtiéndose en voces de resistencia ante una crisis que parece no tener fin. La labor de estas madres no solo es una muestra de resiliencia, sino una constante denuncia de la violencia y la impunidad que afecta a miles de familias mexicanas.
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