La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió un dramático caso familiar donde una mujer intentó despojar de su identidad y herencia a su hermana adoptiva. Los detalles, revelados recientemente, exponen una cruda batalla legal y emocional.
Un caso judicial con tintes de telenovela, que involucra una dolorosa disputa familiar por una herencia y un intento por anular la identidad de una hermana adoptiva, ha captado la atención pública tras conocerse una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). La historia, que comenzó con un acto de amor y adopción, derivó en una prolongada batalla legal que finalmente ha visto una conclusión por parte del máximo tribunal del país, sentando un precedente sobre el derecho a la identidad.
Una historia de abandono, amor y adopción
Todo comenzó cuando una bebé, tras ser abandonada por su madre biológica al poco tiempo de nacer, encontró un nuevo hogar gracias a la mejor amiga de esta última, quien decidió adoptarla y darle sus apellidos. La vida de la niña transcurrió en este nuevo núcleo familiar, que posteriormente creció con el nacimiento de una hermana, hija biológica de la madre adoptiva.
Ambas niñas crecieron juntas. La hija adoptiva, al llegar a la adolescencia, tuvo dos hijas, a quienes registró como madre soltera, otorgándoles también los apellidos de su madre adoptiva, consolidando así un linaje y una identidad familiar bajo ese amparo.
La muerte de la matriarca y el inicio de la guerra por la herencia
El conflicto estalló tras el fallecimiento de la madre adoptiva. Fue entonces cuando la hija biológica, en el proceso de sucesión de bienes, desconoció a su hermana adoptiva como tal. La acusó de haber falsificado su identidad, argumentando que su segunda acta de nacimiento –aquella donde constaban los apellidos de la madre adoptiva y que reflejaba la realidad de su vida– era apócrifa, con la intención de excluirla de la herencia.
Este acto no solo implicaba una disputa por bienes materiales, sino un intento de borrar la historia de vida y los lazos socioafectivos construidos durante décadas. La herencia se convirtió así en un catalizador de un profundo conflicto familiar, exponiendo la vulnerabilidad de la hija adoptiva, cuya identidad legal y pertenencia familiar fueron puestas en tela de juicio.
«Para quedarse con la herencia de su madre, le borró la identidad a su hermana adoptiva; el caso llegó hasta la SCJN y esto pasó».
La batalla legal llega a la Suprema Corte
Inconforme con las decisiones de tribunales inferiores que inicialmente no le favorecieron por completo, la hija adoptiva promovió un juicio de amparo directo. Por su parte, la hija biológica también interpuso un amparo adhesivo. El intrincado litigio escaló hasta llegar a la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Los argumentos centrales giraban en torno a la validez de las actas de nacimiento y, fundamentalmente, sobre el derecho a la identidad de la hija adoptiva frente a los reclamos sucesorios de su hermana biológica.
El fallo de la SCJN: El derecho a la identidad prevalece
La sentencia definitiva de la SCJN fue dictada el 1 de septiembre de 2021, aunque su contenido fue publicado en el Semanario Judicial de la Federación apenas el pasado 6 de junio de 2025, lo que ha permitido que la historia trascienda ahora.
En una decisión trascendental, la Suprema Corte falló a favor de la hija adoptiva, desestimando la demanda de la hija biológica y validando la segunda acta de nacimiento de la primera. Este fallo parece estar en consonancia con tesis jurisprudenciales como la referida en el Libro 50, Junio de 2025, del Semanario Judicial, que aborda la «COEXISTENCIA DE DOS ACTAS DE NACIMIENTO» y establece supuestos en los que ambas deben declararse válidas para garantizar los derechos a la filiación, al nombre y a la identidad.
La resolución de la Corte subraya un principio fundamental: el derecho a la identidad, construido a través de vínculos socioafectivos reales y consolidados a lo largo de la vida, puede prevalecer sobre formalismos registrales cuando estos son utilizados para desconocer una realidad familiar y vulnerar derechos fundamentales en el contexto de una disputa económica. La SCJN priorizó la identidad vivida y reconocida socialmente por la hija adoptiva.
Años de lucha: La resiliencia frente a la adversidad
El largo camino recorrido por este caso, desde las primeras instancias judiciales hasta su resolución final en la SCJN, evidencia la lentitud que a veces puede caracterizar al sistema de justicia. Para la hija adoptiva, este proceso implicó años de lucha, desgaste emocional y la necesidad de defender tenazmente no solo su derecho a una herencia, sino su propia identidad y la historia de su familia.
Este caso, con sus profundas implicaciones humanas y legales, invita a la reflexión sobre la naturaleza de los lazos familiares, el valor de la identidad y la forma en que las disputas patrimoniales pueden llegar a fracturar incluso las relaciones más cercanas.


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