El ataque armado en el DBar de Villahermosa, Tabasco, dejó al descubierto una red de desorden institucional y la ineficacia de las autoridades.
Mientras el vicefiscal Gilberto Melquiades descartaba rápidamente la autoría del crimen organizado, su superior, el fiscal general José Barajas Mejía, reconocía que la masacre fue el resultado de una disputa entre grupos criminales. Esta contradicción no solo genera desconfianza, sino que también plantea preguntas clave:
- ¿Por qué no actuó la policía estatal? Testigos aseguran que había una patrulla frente al bar que no intervino antes, durante ni después del ataque.
- ¿Qué ocultan las autoridades? El gobernador Javier May insinuó conocer a los responsables, pero las investigaciones avanzan lentamente, dejando a los ciudadanos en incertidumbre.
Tabasco, al igual que Chiapas, enfrenta un aumento preocupante en la violencia, mientras las autoridades priorizan los discursos políticos por encima de acciones concretas.
Morelos: la infiltración del crimen organizado llega al límite
En Morelos, el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, encendió las alarmas al señalar que varios municipios del estado están infiltrados por el crimen organizado.
“Todos saben cuáles son”, dijo Castro, dejando claro que la problemática alcanza a policías municipales, estatales e incluso a tesorerías.
La reciente “Operación Enjambre” en el Estado de México, que expuso autoridades locales vinculadas al crimen organizado, genera preocupación en Morelos. Lo que antes parecía distante ahora se siente cada vez más cercano.
Hidalgo: la espuma tóxica y la paciencia agotada
Mientras la violencia domina en Tabasco y Morelos, en Hidalgo se libra otra batalla: la de los habitantes contra la espuma tóxica de la presa Endhó, ubicada en Tepetitlán.
Vecinos denuncian que el vertimiento de residuos industriales ha convertido la presa en un foco de enfermedades y mortandad animal, agravado por una invasión de mosquitos que afecta la calidad de vida.
El gobernador Julio Menchaca ha sido señalado por su falta de acción, centrado en su agenda política-personal, según los afectados. Ante esta indiferencia, los pobladores han decidido llevar sus demandas hasta Palacio Nacional, mientras advierten que habrá bloqueos carreteros si no obtienen respuestas.
Crisis nacional: un reflejo de prioridades desordenadas
Los casos de Tabasco, Morelos e Hidalgo son un recordatorio de cómo la falta de atención y la corrupción afectan a los ciudadanos en temas fundamentales como la seguridad y el medio ambiente.
¿Qué necesitamos?
- Transparencia y acción en Tabasco: Las autoridades deben esclarecer los hechos del DBar y garantizar que los responsables sean llevados ante la justicia.
- Combatir la infiltración en Morelos: Urge depurar a las policías municipales y estatales para recuperar la confianza ciudadana.
- Soluciones ambientales en Hidalgo: Atender la emergencia en la presa Endhó debe ser una prioridad para evitar un desastre mayor.
Un país entre la indignación y la esperanza
Desde los ataques armados en Tabasco, hasta la crisis ambiental en Hidalgo, México enfrenta retos que requieren respuestas inmediatas y eficaces.
La indignación de los ciudadanos es un llamado urgente para que las autoridades pongan la seguridad, la justicia y el medio ambiente en el centro de sus agendas. Solo así se podrá avanzar hacia un país más seguro y habitable para todos.
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