La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) proyecta la construcción de una carretera de 12.9 kilómetros para conectar al municipio de Chemax con la pequeña localidad de Chechmil, en el oriente de Yucatán. La obra, presentada ante la Semarnat para obtener autorización ambiental, forma parte de los planes federales para “potencializar el crecimiento económico del sureste” y facilitar el funcionamiento del Tren Maya.
De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) regional, la dependencia busca “mejorar la comunicación entre las localidades de Chemax y Chechmil”, reduciendo tiempos de traslado y facilitando el acceso a materias primas, servicios y empleos. Sin embargo, Chechmil apenas cuenta con 500 habitantes y menos de diez calles, lo que genera dudas sobre la magnitud del beneficio social que tendría una carretera de este tipo.
La MIA señala que la falta de caminos ha limitado el desarrollo económico y turístico del área, por lo que se busca conectar a estas comunidades con los “polos de desarrollo” asociados al Tren Maya, zonas arqueológicas y sitios naturales del oriente yucateco.
Actualmente, los habitantes de Chechmil deben hacer media hora por carretera hacia Chemax, en un trayecto de aproximadamente 40 kilómetros, pero con este proyecto se reducirá su traslado en una línea recta de apenas 13 kilómetros.
Características técnicas
El proyecto, denominado “Chemax-Chechmil, tramo del km 0+000 al km 12+927.76”, contempla la construcción de una carretera tipo D pavimentada, con un ancho total de 7 metros —seis de calzada y medio metro de acotamientos por lado— y una velocidad promedio de 30 a 40 km/h.
Para hacerlo posible, se requiere cambiar el uso de suelo en 11.67 hectáreas de vegetación secundaria de selva mediana subcaducifolia, además de ocupar zonas agrícolas y pecuarias.
El documento técnico reconoce que las principales afectaciones serán la pérdida de vegetación, la modificación del paisaje y el desplazamiento de fauna silvestre. Entre las especies registradas en el área se encuentran la iguana verde (Iguana iguana) y la tortuga de monte (Rhinoclemmys areolata), ambas protegidas por el gobierno mexicano.
Pese a ello, la SICT sostiene que los impactos serán “moderados” y que podrán mitigarse con reforestación, rescate de fauna y capacitación ambiental del personal de obra. El cenote más cercano se encuentra a 667 metros del trazo, fuera del derecho de vía.
Beneficios esperados
La dependencia estima la generación de 40 empleos directos y 35 indirectos, así como un aumento en la plusvalía de los terrenos cercanos. Además, plantea que la carretera “permitirá el flujo de visitantes” hacia sitios arqueológicos y naturales de la zona, fortaleciendo el papel del Tren Maya como eje de conectividad regional.
En los próximos meses, la Semarnat deberá decidir si otorga la autorización ambiental. De hacerlo, la construcción abriría un nuevo trazo en medio de la selva yucateca, sumando un eslabón más a la infraestructura complementaria del Tren Maya, aunque sus beneficios reales aún estén por comprobarse.


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