En un mundo donde la desesperación por encontrar empleo puede ser aprovechada por grupos delictivos, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha demostrado ser uno de los más astutos y peligrosos en México. Utilizando ofertas de empleo falsas, el cártel ha reclutado a exmilitares colombianos para integrarlos a sus filas y convertirlos en sicarios o guardias de seguridad.
Este fenómeno no solo pone en evidencia las tácticas del CJNG, sino también el complejo escenario de violencia y reclutamiento internacional que azota a la región.
Ofertas engañosas para atraer a exmilitares colombianos
Las primeras víctimas de este sistema de reclutamiento fueron exmilitares colombianos, a quienes el CJNG contactó mediante redes sociales. A través de anuncios falsos, les ofrecieron trabajos bien remunerados como escoltas o guardias de seguridad privada, prometiendo sueldos que oscilaban entre 46 mil pesos mexicanos al mes, una cifra muy atractiva para muchos colombianos que estaban buscando mejorar su calidad de vida.
La oferta parecía legítima: todos los gastos de viaje eran cubiertos y la empresa se encargaba de los trámites. Sin embargo, lo que estos hombres desconocían era que, al llegar a México, no iban a trabajar en un empleo común, sino que terminarían siendo forzados a servir al CJNG.
El viaje hacia la trampa mortal: De Bogotá a Tuxpan
Un grupo de cinco exmilitares colombianos relató su experiencia en una entrevista con El Universal, describiendo el proceso de engaño y manipulación. Los reclutados fueron trasladados desde Bogotá, Colombia, hacia México, primero viajaron en jet privado hacia Cancún, y luego a Guadalajara, Jalisco.
Una vez en la capital de Jalisco, los hombres fueron conducidos a un rancho lujoso en Tuxpan, una zona cercana a Colima y Michoacán, donde se les informó que ahora formaban parte del CJNG. Fue ahí cuando comenzó su pesadilla: no tenían opción de regresar y, bajo amenazas, aceptaron su nueva realidad.
La transformación en sicarios: Armamento y control absoluto
En el rancho de Tuxpan, los colombianos recibieron armas de alto poder, entre ellas AK-47, y equipo táctico. Fueron entrenados para llevar a cabo tareas violentas, incluyendo la toma de municipios cercanos a Santa María del Oro, Jalisco. A los nuevos reclutados se les ordenó asesinar a cualquier persona que se interpusiera en sus planes, incluso si eran campesinos inocentes.
Lo que parecía una oportunidad de trabajo terminó convirtiéndose en un viaje sin retorno hacia la violencia organizada. La coacción fue tal que varios exmilitares colombianos, bajo amenaza de muerte, se vieron obligados a cumplir con las órdenes del CJNG.
El reclutamiento internacional: CJNG busca ampliar su fuerza
La situación de reclutamiento del CJNG no se limita a exmilitares de Colombia. El grupo también ha comenzado a reclutar guerrilleros colombianos y exintegrantes de las FARC, con el objetivo de formar una fuerza de al menos 300 hombres dispuestos a ejecutar las órdenes más violentas.
Este proceso de reclutamiento no solo pone en evidencia la extensión internacional del cártel, sino también la complicidad de algunas autoridades. A pesar de las denuncias, muchos reclutados no han logrado escapar debido a las amenazas y colusión entre el CJNG y algunos agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), así como la Policía Estatal.
Estrategias para evitar fugas: Minas y control territorial
El CJNG ha tomado medidas drásticas para evitar que sus nuevos reclutados escapen. Para asegurar que los colombianos no abandonen sus puestos, el cártel ha colocado minas antipersona alrededor de sus campamentos en las montañas de Tuxpan, lo que aumenta aún más el riesgo para aquellos que intentan huir.
Además, los trabajadores que llegan como parte de ofertas de empleo falso, como cuidadores de huertas de aguacate, pronto descubren la terrible verdad de lo que realmente implica su «trabajo».
La alerta internacional: La complicidad y las advertencias
Grupos de búsqueda de personas desaparecidas en México han señalado que el reclutamiento forzado por parte del CJNG ha alcanzado niveles alarmantes. La terminal de autobuses de Tlaquepaque, en Jalisco, se ha convertido en un punto clave de contacto entre las víctimas y los traficantes de personas del cártel.
A pesar de las denuncias y los cuestionamientos, el gobernador Enrique Alfaro minimizó la magnitud del problema, lo que genera aún más preocupación sobre la impunidad con la que el CJNG opera en México.
El reclutamiento forzado, un desafío que crece
El CJNG sigue demostrando su capacidad para adaptarse y expandir su influencia, no solo en México, sino en Colombia y otras partes del mundo. Las ofertas de empleo falsas son solo una de las muchas tácticas que utiliza para atraer a individuos vulnerables y convertirlos en sicarios. A medida que este problema se extiende, las autoridades mexicanas deberán intensificar esfuerzos para frenar el avance del crimen organizado que no tiene fronteras.
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