La ceftriaxona se ha convertido en un antibiótico cuyo uso, entre la población, ha sido implementado erróneamente para tratar ciertos tipos de infecciones respiratorias, para las cuales no está diseñado. Sin embargo, el uso desmedido de este medicamento podría ocasionar riesgos mayores para la salud de la población.
De acuerdo con la química farmacéutica bióloga, Amairani Arjona, explicó que la ceftriaxona es uno de los antibióticos recetados comúnmente en los consultorios de atención médica de primer nivel asociados a farmacéuticas en donde el personal médico omiten las guías clínicas para su dispensación.
“Son medicamentos controlados y por eso tienen sus protocolos para ser recetados. Inicialmente se utilizaban solo dentro de los hospitales para tratar la meningitis y neumonías graves por neumococos, pero con el tiempo se dejaron de utilizar.
“En medida que se cambiaron los esquemas dentro del sector salud para este medicamento, comenzaron a tener más popularidad en la población, con la mágica idea de que se podían utilizar en gripes o catarros”, dijo.
Amairani Arjona recordó que es una situación similar a la que se vivió con la ampicilina y otros antibióticos que tras su descubrimiento se comenzó a abusar de su administración entre la población, pero que con el tiempo, se comenzaron a fortalecer las enfermedades.
“Es impresionante que hasta la fecha hay médicos que lo recetan porque piensan que las enfermedades que son virales se pueden mejorar con tratamiento para infecciones bacterianas. Los virus y bacterias son cosas diferentes, por ende, el tratamiento es diferente.
“Uno de los efectos a largo plazo es a lo que se le conoce como la resistencia, que es cuando las bacterias se vuelven inmunes a los antibióticos a los se expone constantemente un paciente y esto hace que el tratamiento no sea tan efectivo”, comentó.
Un problema minimizado desde las cadenas farmacéuticas
La química farmacéutica bióloga señaló que cada vez es más común ver a pacientes que acuden a consulta médica en estas cadenas farmacéuticas y que salen con un tratamiento para infecciones bacterianas cuando se enfrentan a un proceso viral y que hasta la fecha no está siendo atendido.
“Es claro que las personas acuden a estos consultorios por el ahorro económico que implica, pero eso no es excusa para poner en riesgo la salud de los pacientes. Todo paciente que sale de consulta por alguna infección menos en vías aéreas, si o si se va a casa con este antibiótico. Hasta pareciera que tienen cuota de venta los doctores”, dijo.
Advirtió que el uso desmedido de este medicamento representa un riesgo para los esquemas de tratamiento de algunas enfermedades infecciosas, que a largo plazo podría dificultar la cura de estos padecimientos.
“Si la seguimos usando de la forma en la que lo estamos haciendo vamos a acabar con este antibiótico que es una herramienta muy importante. Tenemos que tener acciones de regulación, que se deje de utilizar masivamente”.
Recomendaciones
- No use antibióticos para los virus
- No presione a su profesional de la salud para que le recete un antibiótico si cree que no lo necesita
- Cuando tome antibióticos, siga las instrucciones cuidadosamente
- No comparta sus antibióticos con otras personas
- No guarde los antibióticos para más tarde ni use la receta de otra persona
- Prevenir la propagación de infecciones bacterianas con buenos hábitos de higiene
Personas con más riesgo a generar resistencia a antibióticos
- Pacientes con sistema inmunitario débil
- Pacientes hospitalizados con con cirugías
- Pacientes que consumen antibióticos durante mucho tiempo
- Bebés prematuros
- Adultos mayores


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