El municipio de Bahía de Banderas, Nayarit, enfrenta un desafío creciente: el aumento de avistamientos de cocodrilos en playas y zonas turísticas. Esta situación preocupa tanto a empresarios hoteleros como a autoridades locales, que advierten sobre el riesgo que representa para la seguridad de turistas y habitantes.
Preocupación en el sector turístico
De acuerdo con Karina Polanco, titular de Protección Civil del municipio, el tema ha sido recurrente en reuniones con hoteleros y empresarios, quienes expresan su preocupación por la presencia de cocodrilos en el mar y en áreas concurridas por visitantes.
“Nos están abordando día con día, ya sea empresarios o en las reuniones mensuales, y todos coinciden en la gran preocupación por la presencia de cocodrilos en el mar”, señaló Polanco.
El riesgo no solo radica en los encuentros inesperados con los reptiles, sino también en el posible impacto negativo para la imagen turística de Bahía de Banderas, uno de los destinos más importantes del Pacífico mexicano.
Llamado a la acción conjunta
Polanco informó que en la más reciente mesa de seguridad se hizo un llamado a la intervención de autoridades de los tres niveles de gobierno, incluyendo Semarnat, Profepa, Guardia Nacional, Marina y áreas de Ecología, con el fin de diseñar un plan integral para atender la problemática.
La funcionaria subrayó que Protección Civil no puede atender sola la sobrepoblación de cocodrilos, pues se trata de un fenómeno que requiere acciones coordinadas de manejo ambiental, conservación y seguridad pública.
La Laguna del Quelele y el río Ameca, puntos críticos
Uno de los principales focos de atención es la Laguna del Quelele, actualmente en estado de abandono, y el río Ameca, donde se ha detectado una sobrepoblación de cocodrilos.
En las últimas dos semanas, brigadas de Protección Civil lograron la captura de seis ejemplares, cinco de ellos nuevos y uno reincidente. Esto demuestra, según Polanco, que el problema está en crecimiento y que los reptiles están en búsqueda de alimento fuera de su hábitat natural.
Estrategia de preservación y control
El alcalde de Bahía de Banderas, Héctor Santana, señaló que se está solicitando al gobierno federal la concesión de la Laguna del Quelele, con el objetivo de preservarla y garantizar que los cocodrilos encuentren ahí las condiciones necesarias para alimentarse sin desplazarse hacia zonas pobladas o turísticas.
“La laguna suele ser su hábitat natural, y con su recuperación se podrían generar condiciones para reducir la dispersión de cocodrilos en busca de comida”, explicó.
Turismo en alerta: seguridad como prioridad
La preocupación también llegó al ámbito turístico. En julio, la titular de Turismo Municipal, Claudia Díaz de Sandí, solicitó la intervención del diputado federal y secretario de la Comisión de Turismo, Carlos Venetura Palacios Rodríguez, para atender este problema de manera prioritaria.
“Es un tema en el que pareciera que nos quedamos cortos. Y más que un atractivo, ya empieza a representar un riesgo”, advirtió Díaz de Sandí durante una reunión con autoridades federales.
La funcionaria resaltó que garantizar la seguridad de turistas y residentes es indispensable para mantener a Bahía de Banderas como un destino confiable y competitivo.
Un destino seguro, tarea compartida
Las autoridades coincidieron en que la clave para enfrentar esta situación es la prevención de ataques y la puesta en marcha de proyectos de solución de largo plazo.
“Hoy ser un destino seguro es una tarea compartida”, afirmó Karina Polanco, al tiempo que destacó la necesidad de coordinación entre dependencias y la participación activa de la ciudadanía.
Los próximos meses serán cruciales para definir si la preservación de los hábitats naturales de los cocodrilos logra disminuir su presencia en zonas turísticas. Mientras tanto, la advertencia es clara: la convivencia entre turismo y fauna silvestre requiere equilibrio, planeación y acción inmediata.


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