La reciente imposición de un arancel del 25 por ciento a los productos mexicanos por parte del gobierno de Estados Unidos tendrá importantes repercusiones económicas y diplomáticas. Ante esta situación, el Gobierno Federal deberá adoptar estrategias efectivas para mitigar los impactos y proteger la estabilidad económica del país en los próximos meses.
Con la implementación de este impuesto, México deberá asumir costos adicionales para mantener la presencia de sus productos en el mercado estadounidense. Sin embargo, este incremento encarecerá los productos mexicanos, reduciendo su demanda y afectando las exportaciones.
Un golpe económico para ambos países
Este impacto generará un efecto en cadena que afectará a diversos sectores económicos y productivos en ambos países. Así lo señaló el economista Luis Araujo, quien advirtió que entre las repercusiones directas de ambos mercados comerciales se encuentra la inflación, la disminución en producción, el aumento en el desempleo y un freno en el crecimiento económico de México.
“Hay una lógica económica que apunta a que con estos aranceles se va a incrementar los costos de compra de los importadores, de los comerciantes norteamericanos que se verán afectados porque la demanda de sus mercancías en Estados Unidos disminuirá debido al encarecimiento de los productos.
“Eso da como consecuencia que la inflación que Estados Unidos quiere manejar del 2 por ciento ante el Banco Central se complique y es muy posible que sea por el costo de la mercancía que está comprando y lleva a los consumidores. El consumidor norteamericano va a salir perdiendo porque se le va a encarecer la mercancía”, dijo.
Sobre el impacto directo en México, el economista explicó que la amenaza más grande para el país será la exportación de los productos locales a los Estados Unidos, ya que la demanda de los productos no será la misma.
“La cantidad de nuestros productos que se exportaban probablemente empiece a bajar y eso nos afecta directamente, ya que, si la demanda no es tanta como antes, vendrá una reducción en la producción. Si antes producíamos 100, ahora se producirán 80, esto implica un menor número de empleos ya que no es favorable para las empresas productoras. Esto también podría ocasionar un decrecimiento económico porque se va a producir menos, se va a contratar menos y se van a tener menos ingresos. Es una cadena de relaciones económicas entre quien importa y exporta y los aranceles”, comentó.
Afectaciones en el corto plazo
El economista Luis Araujo señaló que la implementación de los aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos es una medida de aplicación inmediata. Sin embargo, sus efectos comenzarán a ser visibles a corto plazo. Debido a que muchas empresas importadoras aún cuentan con inventarios suficientes, se estima que las afectaciones comenzarán a notarse en aproximadamente cuatro meses, una vez que los almacenes comiencen a vaciarse y se reduzca el flujo de nuevos productos.
“Los efectos tardan semanas o incluso meses en manifestarse. Tomando en cuenta esta situación, estimamos que en aproximadamente cuatro meses comenzarán a percibirse los primeros efectos de esta imposición arancelaria. Para finales de junio, se contará con información precisa sobre los efectos porcentuales que esta medida haya tenido en el desempeño económico.
“Aunque desde hoy ya se ha empezado a cobrar esta tarifa, su incremento gradual reducirá progresivamente las exportaciones. Como consecuencia, la capacidad de producción también disminuirá paulatinamente”, dijo.
Advierten impacto a nivel peninsular
El economista destacó los efectos negativos que estas medidas podrían tener en la economía de la península de Yucatán, particularmente en sectores clave como la producción de carne de cerdo y las maquiladoras.
Mencionó que en Yucatán existen importantes plantas de producción intensiva de cerdo, acreditadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, lo que les permite exportar carne de cerdo. Sin embargo, la imposición de aranceles podría afectar la competitividad de estos productos en el mercado estadounidense, debido a la reducción de la demanda que podría generar el aumento en los costos de las importaciones.
“Esto impactará en la producción de carne de cerdo. Estados Unidos es un país que consume mucha carne, especialmente de cerdo, tanto de su propia producción como de la importada. Si la demanda de mercancías disminuye, la producción tendrá que ajustarse para evitar quedarse con inventarios no vendidos”, dijo.
El economista agregó que otros sectores regionales como las maquiladoras, que producen ropa, joyería y refacciones, podrían experimentar dificultades similares. “La posible caída de la demanda de productos mexicanos en Estados Unidos, en consecuencia, afectaría la producción en estas fábricas, lo que resultaría en una reducción de la actividad económica y el desempleo”, advirtió.
DIÁLOGO Y DIPLOMACIA, CLAVES PARA MITIGAR EL IMPAC
El politólogo Samuel Cervera destacó la importancia de que el Gobierno Federal mantenga el diálogo con la Casa Blanca para evitar un daño económico mayor a partir de la imposición de los aranceles y llegar, incluso, a un acuerdo que beneficie a ambos países.
“El escenario económico que se avecina para México no es alentador, pero las estrategias diplomáticas pueden ayudar a mitigar los daños. Siempre será difícil negociar con una potencia como Estados Unidos, pero el trabajo diplomático es esencial para mitigar los efectos negativos”, dijo.
Sugirió que las estrategias del gobierno mexicano deberán estar enfocadas en las próximas semanas en explorar acuerdos bilaterales y hacer presión para revertir inteligentemente los aranceles.
“Existe la posibilidad de que, con suficiente negociación y presión política, estos aranceles puedan eliminarse en unas semanas, pero en el caso de que no se dé esta negociación, la presidenta Claudia Sheinbaum deberá poner en marcha su plan económico del que tanto ha hablado y con el que se busca atraer inversión y demostrar que México sigue siendo un destino confiable para los negocios internacionales”, comentó.
LA POSICIÓN DEL SECTOR EMPRESARIAL
Desde la perspectiva del sector privado, el empresario Ricardo Salinas Pliego ha sido crítico respecto a la medida y su impacto en los consumidores estadounidenses. Destacando que las imposiciones dictadas por el presidente Donald Trump, van en contra del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“Los impuestos del 25% a todos los productos mexicanos decretados por Trump nos demuestran que no le importa nada su palabra y que no tiene respeto por la verdad. No le importa el bienestar de sus propios ciudadanos, que ahora tendrán que pagar más a su propio gobierno por el privilegio de consumir cervezas mexicanas, guacamoles o por manejar un auto ensamblado en México”, dijo.
Por otro lado, hizo un llamado al Gobierno Federal para ser más estratégicos y evitar caer en confrontaciones que pudieran seguir afectando negativamente la economía del país. “Lo que definitivamente no hay que hacer es jugar al ‘Niño Héroe’ y responder con más impuestos a los productos estadounidenses, porque solo encarece la vida de los mexicanos más pobres. Hay que adaptarnos y aguantar”.
PRODUCTOS EN LOS QUE APLICARÁ EL AUMENTO ARANCELARIO
- Aguacate
- Tomate
- Pepinos
- Pimiento morrón
- Fresas
- Limón
- Mango
- Arándanos
- Plátanos
- Uvas
- Frijoles
- Carne de res
- Carne de puerco
- Salmón
- Huevo
- Trigo
- Avena
- Manzana
- Papa
- Camarón
- Queso
- Helado
- Tequila, mezcal y whiskey
- Cerveza
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