Seis activistas mexicanos que formaban parte de la Flotilla Global Sumud regresaron al país tras ser detenidos por el ejército israelí el pasado 1 de octubre mientras intentaban llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Al aterrizar en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, denunciaron haber sufrido maltrato, tortura física y psicológica, así como incomunicación durante su detención.
Sol González Eguía, una de las tripulantes, relató que fueron tratados como prisioneros ilegales: “Fuimos personas secuestradas, llevadas, encerradas y aisladas obligadamente. Aun así, sabemos que el pueblo palestino no sufre ni el 10 % de eso”, señaló. Carlos Pérez Osorio añadió que, a pesar de las agresiones, “nunca rompieron nuestro espíritu ni tuvimos miedo”.
Violencia durante la flotilla
Los activistas relataron que sus embarcaciones fueron atacadas por drones con explosivos y por varias embarcaciones equipadas con cañones de agua, lo que impidió entregar medicamentos y alimentos a los habitantes de Gaza. Arlín Medrano Guzmán expresó su frustración: “Es una pinche desesperación no haber podido llegar como quisiéramos a Gaza con ayuda humanitaria”.
Diego Vázquez Galindo, tripulante de uno de los veleros, denunció que no se le proporcionó un medicamento necesario durante la detención y enfatizó que, si no se detiene el conflicto o no se establece un corredor humanitario, planean retomar sus acciones: “Nos vamos a reorganizar, vamos a fortalecernos y vamos a regresar más fuertes”.
A su llegada, los activistas fueron recibidos por sus familias y personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), quienes realizaron una revisión médica y los trámites migratorios. Agradecieron a la SRE y a la presidenta Claudia Sheinbaum por el apoyo y solicitaron revisar las relaciones diplomáticas y comerciales con Israel. Sheinbaum confirmó que el gobierno cubrirá los gastos del traslado y que estarán disponibles en Palacio Nacional si así lo solicitan.
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