El ruido de helicópteros sobrevolando Poza Rica y Álamo no es casualidad. Desde el viernes pasado, miles de familias afectadas por las fuertes lluvias recibieron la llegada de 10 mil elementos de las Fuerzas Armadas, desplegados para garantizar seguridad, alimentación y atención médica inmediata. La respuesta responde a las solicitudes directas que se hicieron a la presidenta Claudia Sheinbaum, buscando agilizar la asistencia a los damnificados.
Plan DN-III: logística y rescate en acción
El secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla, informó que 7 mil 347 integrantes del Ejército aplican el Plan DN-III utilizando helicópteros, lanchas, vehículos pesados, tractores y camiones para remover escombros y realizar evacuaciones. La tecnología también ha sido clave: drones monitorean zonas de riesgo, mientras que cocinas móviles distribuyen raciones calientes, agua potable y despensas a los afectados.
Simultáneamente, la Marina desplegó a 3 mil 300 integrantes, usando lanchas, buques, helicópteros y drones para reforzar el operativo en áreas críticas. Esta coordinación conjunta permite cubrir más territorio y garantizar la asistencia rápida a quienes más lo necesitan.
Servicios esenciales: electricidad y carreteras
El restablecimiento de servicios básicos avanza de manera notable. Emilia Calleja, titular de la Comisión Federal de Electricidad, detalló que se ha recuperado el 84.07% del suministro eléctrico, con un progreso constante: 35% a las 24 horas y más del 80% a las 56 horas.
Por su parte, Jesús Esteva, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, informó que de las 132 carreteras federales afectadas por las lluvias, 130 ya están operativas, superando los 600 kilómetros de vialidades dañadas. Esto permite que la logística de ayuda y evacuación se realice de forma más eficiente.
Atención sanitaria: brigadas en terreno
La salud de los damnificados también es prioridad. David Kershenobich, secretario de Salud, señaló que se han desplegado 161 brigadas con 1,188 integrantes entre instituciones federales y estatales, para atender emergencias médicas, entregar medicinas y supervisar la seguridad sanitaria en albergues y comunidades afectadas.
Estas brigadas han sido fundamentales para prevenir brotes de enfermedades derivadas de inundaciones y garantizar la atención inmediata a personas vulnerables, especialmente niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Coordinación y resiliencia comunitaria
La combinación del Plan DN-III, la Marina, brigadas de salud y equipos de infraestructura refleja la importancia de una estrategia coordinada frente a desastres naturales. Familias como la de Doña Carmen en Poza Rica narran cómo helicópteros entregaron despensas mientras los soldados retiraban escombros, devolviendo un poco de tranquilidad a quienes lo perdieron todo en cuestión de horas.
El despliegue demuestra que la colaboración entre gobierno federal, Fuerzas Armadas y autoridades locales no solo ayuda a superar la emergencia, sino que también fortalece la resiliencia de las comunidades frente a futuras lluvias intensas.
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