Trump afirmó este sábado que su plan de paz de 28 puntos para Ucrania no representa una oferta final, sino una base para negociaciones futuras con el fin de terminar el conflicto. Según el exmandatario, su intención es lograr que los combates cesen “de una forma u otra”, y descartó que su propuesta sea el punto final de su visión diplomática.

Propuesta de Trump controvertida y reacciones internacionales
La propuesta de 28 puntos de Trump, que ha sido ampliamente cuestionada, incluye demandas como que Ucrania ceda territorio, reduzca oficialmente el tamaño de su ejército y abandone para siempre sus aspiraciones de ingresar a la OTAN. Estas condiciones han generado alarma entre analistas y líderes ucranianos, quienes interpretan la iniciativa como una cesión significativa de soberanía.
Cuando fue cuestionado por periodistas si esa cifra era la oferta definitiva para Kiev, Trump respondió con un rotundo “no”. Afirmó que, aunque espera que su plan sirva para alcanzar un alto al fuego, está dispuesto a modificarlo en función del diálogo: “Estamos intentando ponerle fin. De una forma u otra, tenemos que ponerle fin”, insistió.
Este enfoque ha reforzado la percepción de que Trump busca mantenerse como actor relevante en la diplomacia sobre Ucrania, impulsando una negociación diferente a la de la administración estadounidense actual. Su plan ha sido visto por algunos como una forma de reconfigurar la geopolítica europea, al tiempo que pone sobre la mesa demandas estrechamente alineadas con sus visiones políticas anteriores.
Contexto político y diplomático más amplio
Este nuevo planteamiento de Trump surge en un momento en que el conflicto en Ucrania continúa sin una solución clara en el horizonte. El expresidente ha intentado reposicionarse como mediador viable, aunque muchos críticos aseguran que sus demandas favorecen en gran medida las concesiones rusas. Mientras tanto, Rusia ha mostrado un interés cauteloso: por un lado, podría beneficiarse de ciertas condiciones, pero también desconfiar de las intenciones de Trump.
Por otro lado, las autoridades ucranianas han rechazado firmemente los términos que implican cesiones territoriales o asistencia militar limitada. En el escenario internacional, la propuesta ha tensado nuevamente las relaciones entre Washington y Kyiv, y ha generado reacciones divididas entre aliados de Occidente.
Posibles implicaciones si se retoma el plan
Si Trump logra que parte de su plan sea retomado como base de una nueva negociación, las implicaciones geopolíticas serían profundas:
- La cesión de territorio ucraniano podría debilitar aún más su posición internacional y cambiar el equilibrio militar en la región.
- La reducción del ejército de Ucrania pondría en riesgo su capacidad defensiva, especialmente ante la persistencia de hostilidades.
- La renuncia a la membresía de la OTAN supondría un golpe simbólico y estratégico para la alianza atlántica, limitando las aspiraciones de integración europea de Ucrania.
Al mismo tiempo, algunos observadores consideran que mantener el plan abierto da a Trump espacio para flexibilizar sus condiciones y adaptarse a la realidad del terreno diplomático, especialmente si logra captar el apoyo de ciertos países europeos que desean una salida negociada.

Donald Trump insiste en que su plan de paz para Ucrania no es una oferta irrelevable ni final, sino un punto de partida para negociaciones más amplias. Su propuesta, que incluye cesiones territoriales y cambios militares para Kiev, ha generado críticas por sus condiciones duras, pero también representa una jugada estratégica para mantener su influencia en la escena internacional.
Mientras tanto, Ucrania y sus aliados permanecen cautelosos. El futuro de este plan dependerá de si se convierte en una propuesta negociable o en un obstáculo diplomático más. Lo que está claro es que Trump no lo ve como un cierre, sino como una fase más de su apuesta por la diplomacia: “de una forma u otra, tenemos que ponerle fin”.


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