En un movimiento histórico, la Guardia Nacional de Virginia Occidental enviará entre 300 y 400 efectivos a Washington D. C., siguiendo una solicitud directa de la Casa Blanca bajo la administración de Donald Trump.
El objetivo: reforzar la seguridad, combatir el crimen fuera de control y apoyar a las agencias federales en la capital.
Drew Galang, vocero del gobernador de Virginia Occidental, explicó que la orden fue transmitida el viernes por la noche y exigió respuesta inmediata para preparar traslado de personal y equipos especializados.
El gobernador Patrick Morrisey destacó que las tropas cuentan con formación avanzada, equipamiento y experiencia en operaciones de alto riesgo, buscando “restaurar el orgullo y la belleza” de la capital estadounidense.
Contexto operativo y patrullaje federal
Actualmente, Washington D. C. cuenta con más de mil agentes federales en patrullaje activo, incluyendo personal del FBI, DEA, ICE y la Guardia Nacional local.
La intervención se centra en zonas de alto tránsito, con el objetivo de controlar la delincuencia, migración irregular y personas sin hogar en áreas críticas de la ciudad.
La llegada de la Guardia Nacional de Virginia Occidental se da tras la federalización de la policía local y la activación de 800 miembros adicionales de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia, como parte de una orden ejecutiva de Trump.
Resistencia legal y cambios en mandos policiales
El fiscal general de Washington, Brian Schwalb, presentó una demanda para limitar la injerencia federal en la policía local, señalando que la normativa vigente permite solo 30 días de control sin aprobación del Congreso.
En paralelo, la Casa Blanca designó a Terry Cole, director de la DEA, como comisario de la Policía de Washington D. C., respaldado por la fiscal federal Pam Bondi.
Estos cambios han permitido respuestas rápidas ante incidentes, mayor presencia en zonas estratégicas y fortalecimiento de la percepción de vigilancia en la capital.
Implicaciones y seguimiento
El despliegue de tropas y la coordinación federal reflejan la estrategia de Trump para aumentar control sobre Washington D. C., reforzando la colaboración entre Guardia Nacional y agencias federales.
Expertos destacan que esta movilización marca un precedente en la intervención federal directa en seguridad urbana, lo que podría influir en futuras decisiones sobre orden público en la capital.
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