La confrontación política en Estados Unidos escaló de forma dramática luego de que el presidente Donald Trump acusara a varios legisladores demócratas de cometer “sedición”. El señalamiento surgió después de que los congresistas difundieran un mensaje en el que instaron a militares y agentes de inteligencia a no acatar órdenes ilegales, lo que desató un nuevo choque entre la Casa Blanca y la oposición.
La polémica aumentó cuando el mandatario declaró públicamente que los legisladores “deberían estar en la cárcel”, elevando la tensión en un país marcado por fuertes divisiones políticas.
Donald Trump acusa de sedición a legisladores demócratas
En un mensaje difundido en redes sociales, Donald Trump aseguró que los congresistas que participaron en el video incurrieron en acciones sediciosas. El presidente sostuvo que el mensaje difundido por los legisladores constituye una amenaza directa a su autoridad como comandante en jefe.
Trump escribió en mayúsculas su postura: “Los traidores que dijeron al ejército que desobedecieran mis órdenes deberían estar en la cárcel ahora mismo, en lugar de merodear por las redes de noticias falsas para intentar explicar que lo que dijeron estaba bien”.
El presidente añadió que la declaración de los legisladores es un caso de “sedición al más alto nivel” y afirmó que no existe “otra interpretación” posible. Sus palabras generaron un nuevo debate sobre los límites del poder ejecutivo y el papel de los militares cuando reciben órdenes que consideran ilegales.
El llamado de los legisladores demócratas
El martes anterior, seis miembros del Congreso —tanto de la Cámara de Representantes como del Senado— publicaron un video en X, antes Twitter, en el que plantearon que los militares y agentes de inteligencia tienen el derecho de negarse a acatar órdenes ilegales.
Los legisladores involucrados cuentan con una trayectoria vinculada al sector militar o de inteligencia. Entre ellos destacan:
- Mark Kelly, senador, expiloto de combate de la Armada y astronauta de la NASA.
- Elissa Slotkin, senadora, exanalista de la CIA desplegada en Irak.
En el video, los congresistas señalaron que la administración actual “está enfrentando a nuestros militares y profesionales de inteligencia uniformados contra los ciudadanos estadounidenses”. Su mensaje fue interpretado por la Casa Blanca como un intento de debilitar la autoridad presidencial.
El video no especificó a qué órdenes se referían, lo que permitió diferentes interpretaciones y abrió espacio para que la declaración escalara a un conflicto mayor. Aunque la postura de los legisladores retoma protocolos militares ya existentes sobre desobedecer instrucciones fuera del marco legal, la reacción del presidente elevó el discurso a un nivel extraordinario.
Reacciones del Partido Demócrata
Horas después de las declaraciones del presidente Donald Trump, el Partido Demócrata respondió mediante su cuenta oficial en X, calificando las palabras del mandatario como “una absoluta canallada”. La organización acusó al presidente de atacar injustamente a legisladores que han dedicado parte de su vida al servicio militar o a la inteligencia nacional.
La polémica se intensificó cuando se recordó que Trump ya había lanzado una advertencia similar en días recientes. En un mensaje previo, acusó a los mismos legisladores de “comportamiento sedicioso, castigable con la muerte”, una frase que generó preocupación entre analistas políticos y defensores de derechos civiles.
Las declaraciones provocaron críticas de diversos sectores, quienes señalaron que acusar de sedición a miembros del Congreso por emitir un mensaje preventivo representa un precedente peligroso.
El contexto detrás del conflicto
El mensaje de los legisladores ocurre en medio de un creciente escrutinio público sobre decisiones tomadas por la administración Trump relativas al uso de las fuerzas armadas. Diversas organizaciones han cuestionado el despliegue de militares en operativos internos y la posibilidad de que se emitan órdenes que puedan violar leyes federales o derechos civiles.
Expertos en seguridad nacional explican que las fuerzas armadas estadounidenses están obligadas a rechazar instrucciones que violen la ley o la Constitución. Sin embargo, la politización del mensaje generó un choque frontal entre ambos poderes.
La situación abre nuevas interrogantes sobre la estabilidad institucional del país y la relación entre el poder civil, el aparato militar y el Congreso.
TE PODRÍA INTERESAR