En un acto en la Oficina Oval, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender la polémica al declarar que “México hace lo que le decimos que haga y Canadá hace lo que le decimos que haga”. Sin presentar pruebas, el mandatario aseguró que ambos países se sometieron a sus órdenes durante su gestión, especialmente en temas de política migratoria.
Trump afirmó que las fronteras norte y sur de Estados Unidos “son horribles”, y describió como un “milagro” el supuesto control que logró en la reducción de cruces irregulares.
El “milagro” migratorio según Trump
Durante su intervención, el líder republicano se jactó de haber alcanzado “cifras históricas” en la disminución de migrantes que cruzaban la frontera con México. Según él, su administración logró “cero cruces” durante tres meses, aunque no presentó datos oficiales que respalden tal afirmación.
“Sólo dije ‘vamos a cerrar las fronteras’. Y el mundo entero lo entendió, porque ahora nuevamente nos respetan”, afirmó.
Para Trump, esa medida fortaleció la imagen de Estados Unidos a nivel internacional.
Acusaciones contra Biden sin evidencias
En contraste, Trump acusó a su sucesor, Joe Biden, de permitir el ingreso al país de “millones de drogadictos, pandilleros, narcotraficantes y asesinos”. Estas declaraciones, carentes de respaldo documental, forman parte de su discurso habitual para criticar la política migratoria demócrata.
El expresidente ha sostenido que las fronteras bajo Biden están “abiertas” y que el país enfrenta una crisis de seguridad debido a la llegada de migrantes, a pesar de que los datos oficiales muestran fluctuaciones ligadas a múltiples factores económicos, sociales y geopolíticos.
El papel de México y Canadá en la narrativa trumpista
Las afirmaciones sobre que México y Canadá “hacen lo que les decimos” refuerzan el tono de superioridad con el que Trump ha manejado su discurso diplomático. Durante su primer mandato, presionó a México para aceptar el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP), conocido como “Quédate en México”, y amenazó con imponer aranceles si no colaboraba en el control migratorio.
En cuanto a Canadá, las tensiones giraron en torno a disputas comerciales y ajustes en el T-MEC, aunque las declaraciones actuales de Trump sugieren que, a su juicio, ambas naciones se alinearon con sus intereses sin resistencia significativa.
Críticas y reacciones esperadas
Las declaraciones de Trump probablemente generarán reacciones en México y Canadá. Para analistas, estas palabras no sólo alimentan la retórica antimigrante de cara a las elecciones, sino que también pueden tensar las relaciones diplomáticas, especialmente si los gobiernos aludidos responden públicamente.
En México, el tema migratorio es particularmente sensible, pues el país ha actuado como muro de contención para frenar el flujo hacia el norte, en ocasiones bajo presión directa de Washington.
Con un estilo directo y sin filtros, Trump vuelve a colocar la migración y las relaciones bilaterales en el centro de la conversación política. Sus declaraciones, aunque no sustentadas en pruebas, buscan consolidar su imagen como el líder que “cerró las fronteras” y que mantiene control sobre los países vecinos. El impacto diplomático de estas palabras podría sentirse tanto en Ciudad de México como en Ottawa en los próximos días.


TE PODRÍA INTERESAR