Por primera vez desde que comenzó el cierre parcial del gobierno hace más de un mes, los senadores estadounidenses trabajan durante un fin de semana con la esperanza de encontrar una resolución bipartidista que hasta ahora se les ha escapado. La sesión extraordinaria ocurre en medio de consecuencias cada vez más graves: trabajadores gubernamentales sin recibir salarios, aerolíneas cancelando vuelos masivamente y millones de estadounidenses experimentando retrasos en las prestaciones del programa SNAP de ayuda alimentaria.
El estancamiento partidista y la postura de Trump
Antes del inicio de la sesión de emergencia del sábado, persistía la incertidumbre sobre si republicanos y demócratas podrían finalmente avanzar hacia la reapertura gubernamental y poner fin a un estancamiento partidista que ya acumula 39 días. El presidente Donald Trump dejó claro el sábado que es poco probable que llegue pronto a un acuerdo con los demócratas, quienes exigen una ampliación de los créditos fiscales de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA).
En sus redes sociales, Trump calificó al sistema de salud como «el peor del mundo» y sugirió que el Congreso envíe dinero directamente a las personas para que compren seguros privados, una propuesta que el líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, descartó inmediatamente como parte de la solución al cierre, aunque reconoció que «es una discusión que el presidente y todos nosotros queremos tener».
La propuesta de los moderados y el dilema demócrata
Los republicanos han mostrado cierta apertura hacia una nueva propuesta elaborada por un pequeño grupo de demócratas moderados que buscan reabrir el gobierno a cambio de una votación futura sobre los subsidios de «Obamacare». La senadora Jeanne Shaheen de Nueva Hampshire, quien lidera estas conversaciones entre moderados, declaró que los demócratas «necesitan otro camino a seguir» después de que los republicanos rechazaran la oferta del líder de la minoría demócrata, Chuck Schumer.
El acuerdo en discusión involucraría proyectos de ley que financiarían partes específicas del gobierno -como ayuda alimentaria, programas para veteranos y el poder legislativo- mientras extienden el financiamiento para el resto de las agencias hasta diciembre o enero. La contrapartida sería solo la promesa de una votación futura sobre atención médica, sin garantías de que los subsidios se extiendan efectivamente.
Los números del Senado y las posiciones republicanas
Los líderes republicanos solo necesitan cinco votos adicionales para financiar al gobierno, y el grupo que participa en las conversaciones ha oscilado entre 10 y 12 senadores demócratas. Algunos republicanos han mostrado disposición a extender los créditos fiscales implementados durante la era COVID, reconociendo que las primas de seguros podrían dispararse para millones de personas, pero insisten en establecer nuevos límites sobre quién puede recibir los subsidios.
El senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, resumió esta postura al afirmar: «Quitémosle el dinero a las compañías de seguros de salud y démoslo a las personas para darles más poder adquisitivo». Mientras tanto, Trump ha presionado para que los republicanos eliminen el obstruccionismo legislativo (filibuster) que exige 60 votos para la mayoría de las leyes, una idea respaldada por el vicepresidente JD Vance pero rechazada rotundamente por la dirigencia republicana.
El camino hacia una posible solución
Thune ha considerado en cambio un paquete bipartidista que refleje la propuesta esbozada por los demócratas moderados. Este paquete reemplazaría la legislación aprobada por la Cámara de Representantes que los demócratas han rechazado en 14 ocasiones desde que comenzó el impasse. La versión actual solo extendería la financiación gubernamental hasta el 21 de noviembre, aunque los senadores han indicado que su versión probablemente se extendería hasta enero.
Si Thune decide avanzar, en los próximos días podría celebrarse una votación de prueba sobre la nueva legislación, forzando a los demócratas a tomar una decisión crucial: continuar luchando por un acuerdo significativo para extender las ayudas que expiran en enero -prolongando el impacto del cierre- o votar para reabrir el gobierno confiando en la promesa republicana de una votación futura sobre cuidado de salud, pero sin resultados garantizados.
Firmeza demócrata y perspectivas inmediatas
Tras una reunión del caucus demócrata el jueves, la mayoría de los legisladores sugirieron que continuarán esperando a que Trump y los líderes republicanos acepten negociar substantivamente. El senador Brian Schatz, demócrata de Hawái, señaló que los demócratas «obviamente no son unánimes» pero que «sin algo sobre la atención médica, es muy poco probable que la votación tenga éxito».
El senador Bernie Sanders de Vermont, independiente que forma parte del grupo parlamentario demócrata, instó a mantener la firmeza después de las victorias demócratas en las elecciones de la semana pasada, exigiendo una prórroga concreta de los subsidios de salud. La presión política continúa aumentando mientras millones de estadounidenses sufren las consecuencias de un cierre gubernamental que ya se acerca a récords históricos de duración.
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