El Senado de los Estados Unidos, controlado por los republicanos, dio un paso crucial para la aprobación del paquete legislativo insignia del presidente Donald Trump, al superar un obstáculo procesal clave en una votación de 51-49 que culminó una noche de intensas negociaciones y drama político. La votación, que se prolongó por más de tres horas en la noche del sábado, evidenció las profundas divisiones dentro del propio partido republicano y prepara el terreno para una maratónica sesión de enmiendas antes de la votación final, prevista para principios de la próxima semana.
La tensión fue palpable en el pleno del Senado. La presencia del vicepresidente JD Vance en el Capitolio, listo para romper un posible empate, subrayó lo reñido de la situación. Líderes del partido, como el líder de la mayoría John Thune, se vieron obligados a mantener reuniones de última hora fuera del hemiciclo para asegurar los votos de senadores indecisos, entre ellos Rick Scott de Florida y Mike Lee de Utah, quienes finalmente votaron a favor tras obtener ciertas garantías.
Las Fisuras del Partido Republicano al Descubierto
El resultado final no es un indicador de unidad, sino de una frágil tregua. Dos senadores republicanos, Thom Tillis de Carolina del Norte y Rand Paul de Kentucky, rompieron filas y votaron en contra del avance, uniéndose a los 47 demócratas del Senado. La oposición de Tillis se centró en los recortes a Medicaid, un punto de gran controversia en el proyecto de ley, a pesar de las presiones directas de Trump, quien amenazó con respaldar a un rival en sus primarias.
Este resultado tan ajustado en una votación que solo abría el debate demuestra la enorme dificultad que enfrenta el liderazgo republicano para mantener cohesionado a su bloque. La victoria se logró con un costo político significativo y la batalla real apenas comienza.
«Tuvimos una discusión interna sobre la estrategia para lograr más ahorros y más reducción del déficit, y me siento bien con la dirección hacia donde se dirige esto, y hay más por venir.» – Senador Mike Lee (R-UT), tras las negociaciones.
¿Qué Sigue? El «Vote-a-Rama» y la Batalla Final
Con la aprobación de este procedimiento, el Senado se adentra ahora en lo que se conoce como «vote-a-rama», una agotadora sesión que puede durar toda la noche, donde los senadores pueden proponer un número ilimitado de enmiendas. Se espera que los demócratas utilicen esta herramienta para forzar votaciones sobre los aspectos más impopulares del proyecto, como los recortes a programas sociales y los beneficios fiscales para las grandes corporaciones.
Incluso han amenazado con obligar a la lectura en voz alta de las 940 páginas del proyecto de ley, una táctica dilatoria para resaltar su contenido y retrasar la votación final.
El «megaproyecto» de 940 páginas busca, entre otras cosas:
- Hacer permanentes los recortes de impuestos de 2017.
- Asignar miles de millones de dólares a la seguridad fronteriza y a las deportaciones masivas.
- Implementar recortes significativos en Medicaid, cupones de alimentos (SNAP) e incentivos a la energía verde para compensar los costos.
El camino hacia la aprobación final sigue siendo incierto. Cada enmienda en el «vote-a-rama» pondrá a prueba la lealtad de los senadores republicanos y podría alterar significativamente la versión final del proyecto que, de ser aprobado, deberá volver a la Cámara de Representantes para su conciliación.


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