Era septiembre de 2024. En una sala discreta de Texas, Tom Homan, conocido como el zar fronterizo de Donald Trump, recibía una bolsa con 50 mil dólares en efectivo. El dinero no venía de un aliado político, sino de un agente encubierto del FBI. Lo que parecía un acuerdo cualquiera se convirtió en el inicio de una investigación federal que sacudiría los pasillos de Washington.
La sospecha: que Homan estaba dispuesto a otorgar contratos gubernamentales relacionados con la inmigración a cambio de sobornos.
El FBI contra Homan: grabaciones y acusaciones
Según fuentes citadas por MSNBC, existían grabaciones en las que Homan aparecía aceptando el dinero y comprometiéndose a colaborar con adjudicaciones de contratos. La fiscalía llegó a considerar cuatro cargos: soborno, conspiración y dos tipos de fraude.
Sin embargo, semanas atrás, la investigación fue cerrada por el Departamento de Justicia tras una revisión impulsada por figuras designadas por la administración Trump. Para algunos, un cierre “oportuno” en un año electoral.
De ICE a figura clave en las deportaciones
Homan no era un desconocido. Durante la primera administración Trump, se desempeñó como director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Para 2024, había dejado claro que volvería a ocupar un papel protagónico en la operación de deportación masiva prevista por Trump en caso de regresar a la Casa Blanca.
Ese antecedente hacía más delicada la investigación: el hombre que iba a diseñar una de las políticas más duras contra los migrantes estaba bajo sospecha de corrupción.
Un caso cerrado, pero no olvidado
El director del FBI, Kash Patel, y el fiscal general adjunto Todd Blanche declararon que el caso fue “políticamente motivado” y recordaron que se había revisado previamente en la administración anterior.
Sin embargo, la filtración de que existieron grabaciones y monitoreos a Homan deja abierta la duda: ¿se cerró el caso por falta de pruebas o por conveniencia política?
La frontera, un campo de batalla político
El episodio no ocurre en el vacío. La frontera sur de Estados Unidos se ha convertido en uno de los temas más sensibles de la política nacional. Con Trump prometiendo mano dura y millones de deportaciones, el pasado de sus aliados más cercanos cobra una relevancia decisiva para el electorado.
La sombra del soborno a Homan podría convertirse en munición política para sus adversarios en campaña, mientras la Casa Blanca intenta restar importancia al escándalo.
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