Una amenaza silenciosa pero poderosa crece contra la economía de EE.UU. En su última cumbre, el bloque BRICS intensificó las discusiones sobre la «desdolarización», explorando sistemas de pago alternativos y monedas digitales para desafiar el dominio global del dólar.
Mientras la atención se centra en las guerras comerciales y las tensiones diplomáticas, en los pasillos de la cumbre de los BRICS en Río de Janeiro se gestaba un plan que podría sacudir los cimientos del poder económico estadounidense: la aceleración de la desdolarización. Este movimiento, que busca reducir la dependencia mundial del dólar, ha dejado de ser una teoría para convertirse en una estrategia activa del bloque de potencias emergentes.
El debate ya no es si se debe hacer, sino cómo y cuándo. Los líderes de Brasil, Rusia, India, China y sus nuevos aliados discutieron abiertamente la necesidad de fortalecer el comercio utilizando sus monedas locales y desarrollar sistemas de pago alternativos que operen fuera del control de Washington y del sistema SWIFT.
La Reacción a la «Armamentización» del Dólar
Este impulso por la desdolarización no surge en el vacío. Es, en gran medida, una reacción directa a la política exterior de Estados Unidos, que ha utilizado las sanciones económicas y el control del sistema financiero como herramientas de presión. Rusia fue explícita al respecto durante la cumbre, advirtiendo que son precisamente estas sanciones las que aumentan la desconfianza en el dólar y obligan a otros países a buscar refugio en alternativas.
La percepción es que Washington ha «armamentizado» su moneda, y ahora el resto del mundo está construyendo un escudo financiero. La propuesta de Bielorrusia, un país observador, de integrar plataformas de monedas digitales y criptomonedas en la arquitectura financiera de los BRICS, añade una capa de innovación tecnológica a este desafío, mostrando que no solo buscan replicar el sistema actual, sino superarlo.
¿Por Qué Debería Importarte? El Impacto en tu Bolsillo
Un mundo menos dependiente del dólar tendría consecuencias directas y profundas para la economía estadounidense y, por extensión, para el bolsillo de sus ciudadanos y de quienes tienen economías dolarizadas.
- Poder de Compra: El estatus del dólar como moneda de reserva mundial permite a EE.UU. importar bienes a un costo relativamente bajo. Si esta demanda global por dólares disminuye, el valor de la moneda podría caer, encareciendo todo, desde la gasolina hasta los productos electrónicos.
- Tasas de Interés: Estados Unidos puede permitirse un alto nivel de deuda porque el mundo está dispuesto a comprar sus bonos. Una menor demanda por activos en dólares obligaría al gobierno a ofrecer tasas de interés más altas para atraer inversores, lo que se traduciría en hipotecas y préstamos más caros para todos.
- Influencia Global: Gran parte del poder de EE.UU. radica en su control sobre las finanzas mundiales. Perder ese control significaría una pérdida de influencia geopolítica.
«El cuestionamiento del futuro del dólar y del bono del Tesoro de EE.UU. podría generar un giro en las carteras de los inversores». – Análisis de Allianz GI.
Esta tendencia cobra especial relevancia en un contexto de creciente vulnerabilidad económica para muchas familias. En México, por ejemplo, el endeudamiento familiar alcanzó un récord en mayo, con un aumento del 15.3% en comparación con el año anterior. Cuando los ciudadanos sienten presión económica en casa, las noticias sobre la fragilidad del sistema financiero global resuenan con más fuerza, ya que cualquier cambio podría agravar o aliviar su situación personal.
El plan de los BRICS ya está en marcha. Aunque el destronamiento del dólar no ocurrirá de la noche a la mañana, cada paso que dan en esta dirección es un movimiento tectónico que está reconfigurando silenciosamente el futuro de la economía mundial.
