El comercial de McDonald’s Países Bajos creó una ola de reacciones tras convertirse en uno de los anuncios más comentados de diciembre.
La pieza, generada con herramientas de inteligencia artificial, puso a la marca en el centro de una conversación global en torno al uso de nuevas tecnologías en la publicidad. Desde su lanzamiento, el 7 de diciembre, el video se viralizó rápidamente en X y otras redes, donde miles de usuarios compartieron su opinión sobre esta apuesta inusual para la temporada navideña.
A diferencia de las campañas tradicionales, cargadas de nostalgia, cenas perfectas y estéticas cálidas, este comercial rompió por completo con las expectativas del público. McDonald’s eligió mostrar una Navidad caótica: estrés, prisas, cansancio y momentos incómodos entre familiares. La agencia TBWA NEBOKO y el dúo creativo MAMA desarrollaron un concepto que buscaba reflejar el lado menos idealizado de diciembre, apoyándose en un tono exagerado y surrealista.
El anuncio tomó como base una investigación de MediaTest, la cual revela que dos tercios de los consumidores en Países Bajos desean más tiempo para sí mismos durante la temporada decembrina. Ese dato se convirtió en el hilo conductor del comercial, que muestra escenas de agendas saturadas, compras de último minuto y tensiones familiares amplificadas mediante un lenguaje visual distorsionado.
La controversia por el uso de IA en el comercial
Uno de los temas más discutidos fue la decisión de McDonald’s de producir su comercial utilizando inteligencia artificial. Aunque la agencia aclaró que no se trató de una creación automática, sino de un proceso con miles de iteraciones, ajustes manuales y dirección artística profesional, la percepción pública fue distinta. Muchos usuarios consideraron que una empresa multinacional no debería recurrir a IA generativa, especialmente en una campaña navideña que tradicionalmente apelaría a emociones humanas genuinas.
La colaboración incluyó al colectivo internacional de especialistas en IA de TheGardening.Club y al equipo de innovación de Sweetshop, quienes trabajaron junto al dúo MAMA. Sin embargo, para una parte del público, este proceso resultó insuficiente para legitimar el uso de IA en un sector donde la creatividad humana suele considerarse irremplazable.
La comparación con el reciente anuncio navideño de Coca-Cola, también desarrollado con IA y duramente criticado por su estilo poco emocional, alimentó aún más el debate. Esa coincidencia provocó que el comercial de McDonald’s se convirtiera en un símbolo de una tendencia que muchos consumidores aún no están dispuestos a aceptar.
Las críticas llevaron a que la marca desactivara los comentarios del video en YouTube y posteriormente lo retirara de la plataforma. Hoy, el comercial sigue circulando únicamente a través de capturas, enlaces compartidos y cuentas especializadas.
Un debate que sigue creciendo
El retiro del comercial no detuvo la conversación: al contrario, amplificó la discusión sobre los límites éticos y creativos del uso de inteligencia artificial en publicidad. Para algunos expertos, este tipo de iniciativas anticipa un cambio profundo en la forma de producir campañas a gran escala, donde la IA podría abaratar costos y acelerar procesos. Para otros, representa una amenaza directa a la creatividad humana, al diseño tradicional y al trabajo de cientos de profesionales del sector.
McDonald’s, por su parte, mantiene activa su plataforma “December could use a little McDonald’s”. Esta incluye un calendario digital de obsequios dentro de su aplicación, lo cual demuestra que la estrategia navideña va más allá del comercial polémico. No obstante, el anuncio se convirtió en la pieza más comentada de su campaña y, seguramente, en una referencia obligada cuando se hable de la entrada masiva de la IA en la publicidad.
A pesar de la decisión de retirar la pieza, especialistas en marketing coinciden en que el impacto ya está hecho. El comercial logró lo que pocos: generar conversación, provocar debate, posicionarse en la agenda digital y poner sobre la mesa temas que la industria deberá enfrentar en los próximos años. La pregunta no es si la IA seguirá presente en campañas futuras, sino cómo será regulada, supervisada y percibida por el consumidor final.
Para algunos usuarios, el anuncio tuvo un valor auténtico: mostrar una Navidad más realista y reconocer que no todos viven un diciembre lleno de armonía. Para otros, la ejecución con IA terminó por restarle espontaneidad, calidez y el toque humano que esperan en un comercial navideño. Esta dualidad evidencia que la transición hacia contenidos producidos con inteligencia artificial será gradual, polémica y socialmente compleja.
Mientras tanto, el caso McDonald’s Países Bajos quedará como uno de los primeros en encender las alarmas sobre el impacto de la IA generativa en el mundo publicitario. La conversación seguirá abierta, tanto en agencias como en plataformas digitales, donde usuarios, creativos y expertos continúan analizando el rol de esta tecnología en campañas futuras, especialmente aquellas que buscan generar emociones profundas.
Con o sin IA, lo cierto es que este comercial ya dejó huella en la industria y será recordado como un punto de inflexión en la relación entre tecnología, creatividad y percepción pública. Un ejemplo claro de cómo un proyecto publicitario puede convertirse en un debate social mucho más amplio de lo que sus creadores imaginaron.
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