Maryfer Centeno, reconocida grafóloga y creadora de contenido, rompió el silencio sobre su demanda contra el influencer “Mr. Doctor” en el podcast de Gusgri, «Mi vida como Maryfer Centeno y lo que se dice de mí». Con claridad y emociones a flor de piel, Centeno explicó que su objetivo no es castigar penalmente ni buscar una compensación económica, sino visibilizar y confrontar la violencia de género, mediática y digital que asegura haber sufrido.
“Yo ni quiero dinero ni lo quiero meter a la cárcel. Una disculpa pública sería un paso extraordinario para reconocer que esto es violencia, no libertad de expresión.”
Los orígenes de la polémica
El conflicto comenzó con críticas a su trabajo profesional, que, según Maryfer, se tornaron en ataques personales hacia ella y su familia. Estas agresiones, difundidas en redes sociales, llevaron a la grafóloga a tomar acciones legales amparada en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que contempla la violencia digital como una de sus dimensiones.
En la entrevista, Maryfer describió el impacto emocional que ha tenido este proceso, admitiendo que ha sido desgastante.
“Es agotador ir a presentar pruebas todos los días y escuchar a otras personas con historias similares. No soy de piedra, claro que me afecta”.
¿Privilegios en el acceso a la justicia? Maryfer responde
Uno de los aspectos más polémicos del caso han sido las acusaciones de que Maryfer habría utilizado supuestos privilegios, ligados a su madre, para agilizar el proceso legal. Ante estos señalamientos, Centeno fue enfática al desmentirlos.
“Decían que mi mamá trabajaba en la fiscalía 50, pero eso es falso. Ella no es funcionaria pública; trabaja como perito en el Boletín Judicial de la Federación y cualquier abogado puede contratarla”.
Maryfer subrayó que su caso se ha visibilizado más por su figura pública, pero no es el único en curso contra “Mr. Doctor”. Según explicó, hay más denuncias acumuladas, lo que ha robustecido el caso.
Más allá de la censura: un llamado a la empatía
Maryfer Centeno dejó claro que su intención no es censurar la libertad de expresión, sino detener un patrón de ataques que, en su opinión, trascienden el debate profesional para convertirse en violencia.
“Esto me llevó a reflexionar sobre mis palabras y acciones. Me hizo darme cuenta de que todos necesitamos ser más empáticos y cuidadosos con lo que decimos”.
Este proceso, aunque doloroso, también ha sido una oportunidad de aprendizaje para la grafóloga, quien admitió que ha replanteado su manera de interactuar en plataformas digitales.
El apoyo de su familia y seguidores
En medio de este complicado panorama, Maryfer destacó el respaldo incondicional de su familia y su comunidad en redes sociales. En especial, agradeció a su esposo, Carlos, por ser su mayor apoyo emocional durante este proceso.
“Mi esposo ha sido mi roca. Su apoyo me da la fuerza para seguir adelante, incluso en los días más difíciles”.
La importancia de visibilizar la violencia digital
El caso de Maryfer Centeno pone sobre la mesa un tema de creciente relevancia: la violencia digital. En un contexto donde las redes sociales son un espacio de interacción constante, es fundamental reconocer y abordar los límites entre la crítica y el ataque.
Maryfer espera que su experiencia inspire a otras personas a alzar la voz contra cualquier tipo de violencia y buscar justicia, no desde la venganza, sino desde la conciencia y la educación social.
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