El caso que hoy protagonizan Maribel Guardia e Imelda Tuñón tiene todos los elementos de un drama familiar llevado al ojo público. La pérdida de Julián Figueroa, hijo de Maribel Guardia y esposo de Imelda Tuñón, marcó el inicio de tensiones que ahora han estallado con una demanda legal por la custodia del pequeño José Julián Figueroa Garza, de siete años, y señalamientos que van desde negligencia hasta una presunta estafa.
El pasado 21 de enero, Guardia presentó una denuncia formal por violencia familiar contra Imelda Tuñón, alegando que esta descuida a su hijo, prioriza una vida de fiestas, y podría estar involucrada en conductas relacionadas con el abuso de sustancias.
El incidente que marcó el punto de quiebre
El conflicto escaló durante un episodio en el colegio de José Julián, donde Maribel Guardia y su esposo, Marco Chacón, intentaron recoger al niño sin el consentimiento de Tuñón. Este hecho desató una serie de acusaciones y enfrentamientos legales que terminaron con la custodia temporal otorgada a Guardia mientras se llevan a cabo las investigaciones.
La actriz también reveló que, pese a no tener ninguna obligación legal, proporcionaba un apoyo económico mensual de 22 mil pesos a Imelda, quien no trabaja ni estudia, lo que generó cuestionamientos sobre el manejo de los recursos.
La otra cara de la moneda: Imelda Tuñón se defiende
Imelda Tuñón, viuda de Julián Figueroa, ha negado todas las acusaciones en su contra y asegura que está siendo víctima de una campaña de desprestigio orquestada por su exsuegra. Según Tuñón, está dispuesta a someterse a pruebas toxicológicas y ha denunciado irregularidades en el proceso legal, como la ausencia de citatorios formales o pruebas antidoping.
Tuñón también ha hablado públicamente de su lucha contra un trastorno bipolar paranoide, una condición que, según ella, ha influido en la percepción de su comportamiento. Con una década de tratamiento psiquiátrico, asegura que ha ajustado su medicación para enfrentar tanto la pérdida de su esposo como las acusaciones en su contra.
¿Una estafa detrás del conflicto?
En medio de la controversia por la custodia, el periodista Javier Ceriani avivó la polémica al afirmar que Imelda Tuñón habría clonado las tarjetas de crédito de Maribel Guardia para retirar grandes sumas de dinero, con montos que oscilan entre mil y tres mil dólares mensuales durante más de un año. Aunque esta acusación no forma parte de la denuncia formal, ha puesto en entredicho la relación entre ambas y generó un debate mediático sobre la veracidad de estas afirmaciones.
Es importante recordar que Ceriani es una figura polarizante en los medios, conocido por su estilo directo pero también cuestionado por la fiabilidad de sus fuentes.
El impacto emocional en José Julián: el verdadero centro del caso
En el centro de esta disputa legal se encuentra un menor de edad que ya enfrenta la ausencia de su padre. José Julián, además de adaptarse a su nueva realidad, ahora está atrapado en un conflicto que podría marcar su desarrollo emocional y psicológico.
Maribel Guardia ha insistido en que su única motivación es proteger el bienestar de su nieto, pero Imelda Tuñón ha señalado que las acciones legales podrían estar relacionadas con el acceso a la herencia que próximamente recibirá el menor, vinculada al legado de su abuelo Joan Sebastian.
Claves del caso y posibles desenlaces
1. Custodia temporal y su impacto:
Por ahora, Maribel Guardia tiene la custodia provisional del menor, pero el resultado final del juicio podría cambiar esta decisión.
2. Acusaciones cruzadas:
Mientras Guardia señala negligencia, Tuñón argumenta que su independencia tras mudarse de la casa de Maribel detonó el conflicto.
3. Un trasfondo económico:
Las especulaciones sobre la herencia de Julián Figueroa y los apoyos financieros son factores clave en esta batalla.
Un caso que trasciende lo mediático
El caso entre Maribel Guardia e Imelda Tuñón es un reflejo de cómo las dinámicas familiares pueden volverse complejas tras una tragedia. Más allá del escándalo mediático, es fundamental que las autoridades enfoquen sus esfuerzos en el bienestar del menor y que las decisiones legales estén fundamentadas en su protección.
Mientras tanto, el público sigue atento al desenlace de esta historia, con la esperanza de que el bienestar de José Julián prevalezca sobre las disputas familiares.
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